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Adiós a la pintora Alicia Iturrioz

Alicia Iturrioz Viuda del retratista Ricardo Macarrón, desarrolló una obra pictórica muy apreciada MANUEL PIZARRO PRESIDENTE DE LA REAL ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN DE ESPAÑA

El pasado miércoles nos decía adiós Alicia Iturrioz (Éibar, 1927), pintora de muy elegante y particular estilo, reflejado en numerosos retratos, bodegones y paisajes propios de una gran artista. Su matrimonio en 1951 con el prestigioso retratista Ricardo Macarrón le implicó con entusiasmo en la obra y trayectoria de su marido, para quien sería un apoyo constante e insustituible. Porque Macarrón fue pintor de reyes, reinas y altos dignatarios de medio mundo y el único que retrató a cinco generaciones de nuestra Familia Real. Un prestigioso orfebre de los pinceles, muy solicitado por las grandes familias e instituciones y profesionales de renombre. Así nos lo contó Alicia Iturrioz en su libro ‘Mi vida con Ricardo Macarrón’, publicado en 2014 como homenaje a su marido en el décimo aniversario de su desaparición, y que tuve el honor de presentar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Fue un acto entrañable, en el que Alicia nos hizo partícipes a todos los presentes de su intensa y feliz vida junto a un gran artista, a quien acompañó a todos los destinos donde hubiera un retrato que ejecutar con pasión y oficio, como cuando pintó en Buckingham Palace el de la Reina Isabel II o en el palacio de los Grandes Duques de Luxemburgo los retratos de sus soberanos.

Todo ello supo combinarlo Alicia con su propia producción pictórica, impulsada en sus inicios por el gran Ignacio Zuloaga, amigo de la familia y eibarrés, como ella. Zuloaga apreciaría enseguida sus dotes para el dibujo y por su consejo pasó a estudiar en Madrid, a edad muy temprana, en la Escuela de Bellas Artes.

Tuve la suerte de conocer a Alicia en distintos ámbitos y, con más cercanía, cuando desde Ibercaja encargamos a su marido varios retratos que hoy forman parte de la valiosa colección de la Institución. Esos encargos me permitieron pasar horas en el estudio del pintor y disfrutar del trato humano e intelectual de Alicia y Ricardo. Momentos para no olvidar, rodeados de los materiales que hacían posible sus obras, de las flores con las que compartían su trabajo y de los libros e infinidad de publicaciones que poseían, siempre acompañados del Arte con mayúsculas como pulsión íntima y auténticamente sentida. En este gratísimo ambiente, la conversación fluía con libertad, de los palacios a los paisajes rurales, de los bodegones, a los niños o las gitanas, recuerdos evocados por el matrimonio Macarrón con el mismo entusiasmo, porque se percibía claramente que en todas sus vivencias y relaciones la pintura ocupaba un lugar primordial.

Alicia, no sin dolor, se sobrepuso a la desaparición de su esposo y ha vivido estos años rodeada de sus cuadros y pinturas familiares, y muy especialmente del afecto de sus hijas Susana y Mónica, y de sus nietos, a quienes acompañamos en este amargo trance. A todos nos queda el consuelo de que Alicia tuvo una vida plena y feliz, y de que ayudó a mejorar el mundo que tan intensamente supo disfrutar.

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2021-09-12T07:00:00.0000000Z

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