Un podcast de The Economist se pregunta por qué las “novelas románticas modernas” son todavía “poco diversas”. Es decir, por qué los protagonistas siguen siendo, tan blancos, tan altos y fuertes, tan millonarios, tan aristocráticos. ¿No deberían –sugiere el periodista– incorporar galanes de piel oscura? Oscura de verdad, más allá de los misteriosos griegos y los apasionados italianos que en el mercado anglosajón cubren todavía las cuotas de la diversidad racial. ¿No ocurrió algo parecido cuando a finales de los 50 algunos autores visionarios incluyeron personajes femeninos que, quizá no tenían una carrera profesional propiamente dicha, pero sí al menos un trabajo? ¿Y no fue eso una evolución considerable de los estereotipos?

El podcast recurre a Nadine González, una autora de bestsellers que incluye en sus libros a protagonistas afroamericanos y afrocubanos, como ejemplo de que hay mercado y lectores que agradecen este giro en el contenido. Las portadas de los libros de Nadine (Escándalo en la suite VIP o Sucedió en Miami) se ilustran con parejas que visten esmoquin y traje de noche, y se abrazan al lado de una ventana por la que se adivina una playa de película de sobremesa. Pero, eso sí, los modelos no son blancos.

¿No sería hora –concluye el autor– en pro de la diversidad de que algún galán fuera incluso más bajito que su amada? Pero no, aquí incluso Nadine echa el freno. Todo tiene un límite. Estamos preparados para que resulte comercialmente sexy un protagonista mitad inglés mitad jaimacano, pero no para bajitos aunque sean magnates o para altos, si son electricistas, o periodistas y no millonarios.

Termino de escucharlo y pienso que sí, la cultura popular ha movido el mundo y tenemos oportunidades para una sociedad mejor. Ahí está Daphne du Maurier. O Sarah Waters con sus historias de amor entre mujeres en sus tramas góticas y hasta me reconcilio con las portadas de Nadine. Y entonces me escribe una amiga para avisarme de que acaba de estrenarse “enfermera moñas con novio garrulo, tercera temporada”. Y claro, si me avisa, es porque hemos visto las otras dos. Es esa con paisajes espectaculares y muchas camisas de leñador… Les suena ¿verdad? ●

Visten esmoquin y traje de noche, y se abrazan al lado de una ventana por la que se adivina una playa…