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Una ANA cuestión MILÁN delicada

Por Begoña PIÑA Fotografía: Rafa GALLAR Estilismo: Carla AGUILAR

En la pandemia, Ana Milán (Alicante, 1973) arrasó con sus directos en Instagram. Con cerca de un millón de seguidores, cada día contaba anécdotas inconfesables de su vida. Tal fue el éxito que, inspirándose en esas historias, Atresmedia Studios le encargó la serie By Ana Milán, de la que ya se han grabado dos temporadas. El mismo día que completó la última, salió del plató para reencontrarse con sus compañeros de Camera café, convertida en película cuando se cumplen 12 años de su final. En 2021 también se ha reunido con los de Física o Química. Una dosis de nostalgia justa para alguien que vive intensamente el presente. El 30 de julio estrena Donde caben dos, una comedia en la que ejerce de anfitriona y propietaria de un alocado y hedonista club de intercambio de parejas. Después, llegarán la generacional Descarrilados (20 de agosto) y el terror de Y todos arderán (Festival de Sitges). Aprieta el calor de julio, pero ella espera como agua de mayo un descanso para terminar Bailando lo quitao, su cuarto libro.

MUJERHOY. Parece que ha creado una imagen de sí misma para la profesión que tal vez no sea tan fiel a usted. Sin ser frágil, ¿puede que sea más delicada de lo que aparenta?

ANA MILÁN. Has dicho la palabra clave. Yo soy titanio y seda, la seda es un material muy resistente; el titanio ni te cuento. Tengo una combinación García y Milán. Don Antonio García, que es mi padre, me regaló el coraje, me enseñó a concentrarme y a ser altamente resistente. Yo nací corcho, no me voy a hundir nunca. Y Doña Catalina Milán, mi madre, me dio una cosa que tardé mucho tiempo en reconocer: la delicadeza. Para mí ha sido un descubrimiento muy reciente. Era una característica muy privada, y ya no lo es tanto, la expongo un poquito más. Me he dado cuenta de que ser vulnerable también me hace fuerte, que esconder la vulnerabilidad y la delicadeza me convertía en tremendamente frágil. ¿Y eso se ha reflejado en su trabajo?

Eso es lo que pasa en By Ana Milán, mi serie. Hay una Ana Milán que es delicada y que también tiene sus ratos de mala leche. Qué fácil es ser serena y estructurada con los que no te importan y qué difícil con la gente que te importa cuando las emociones están a flor de piel. No soy una mujer sencilla, pero yo es que la vida me la quiero gastar, y la sencillez y la vida se llevan bien, pero ya a partir de los setenta.

¿Ha tenido que exhibir esa fortaleza para hacerse respetar, yendo en contra de su propia voluntad?

Sería poner la responsabilidad en otros y me parecería injusto, porque nunca nadie me ha obligado a ser

“ME GUSTAN LOS LÍOS ”

Con una imagen de mujer poderosa y arrolladora, encontró en lo que la hacía vulnerable su mayor éxito. Tras crear su propia serie y encadenar proyectos, asegura que la clave está en ser de“titanio y seda”.

Por eso diré que durante muchos años no supe hacerlo de otra manera y pensaba que mi mayor valor era mostrarme así.

¿Ha tenido algo que ver la pandemia en ese replanteamiento vital?

No. Llevo así toda la vida. Lo único importante que tenemos que hacer realmente es saber quiénes somos. Siempre he entendido la vida así de frágil. Mi madre siempre decía que “puedes ir andando por la calle, te cae un tiesto encima y, de repente, todo se ha acabado”. La pandemia es el tiesto, pero siempre he tenido mucha conciencia de eso.

Habla siempre mucho de sus padres, ¿qué me cuenta de sus hermanos?

Si menciono tanto a mis padres es porque una de las cosas que te devuelven los años son tus raíces. Tengo dos hermanos que son dos padres. Cuando nací, Cristóbal tenía 17 años y Maribel, 10. Mi referente más importante en la vida es mi hermana Maribel. Es mi alfa, mi omega, mi madre, mi amiga… Y probablemente es también la única persona a la que hago caso sin chistar y que me manda desde que entro por su casa. Oficiando de maestra de ceremonias de un club de intercambios en Donde caben dos, ¿ha visto un retrato de la realidad sexual de hoy?

Me parece que no existen tales retratos, porque si hay un tema en el que mentimos desde que el mundo es mundo es la sexualidad. Si una pareja se quiere acostar con otra pareja, ¿qué tendrá que decir el resto? Personalmente, yo bastante tengo ya con ocuparme de a quién dejo entrar en mi habitación.

Nos hemos acostumbrado a verla haciendo principalmente comedia. ¿Por qué cree que no ha hecho más personajes dramáticos?

Esta es una profesión caprichosa y extraña, en la que un día de repente suena el teléfono. El drama vendrá cuando tenga que venir y será muy bien acogido. Además, creo que cuantos más años cumples, mejor le sientas al drama, porque para interpretarlo está muy bien haber bajado al sótano.

Es un año de reuniones como la de Friends. Y en su caso, Camera café y Física o Química. ¿Nos hemos entregado a la nostalagia o es que a los creadores no se les ocurren nuevas historias? Durante los últimos diez años, mucha gente se ha acercado a hablarme de Camera café y Física o Química. No de una o de otra, sino de una y de otra. En esta época en la que todo es inmediato, se usa y se tira, si algo ha permanecido en la memoria de tanta gente duranfuerte.

“SI HAY UN TEMA EN EL QUE MENTIMOS DESDE QUE EL MUNDO ES MUNDO ES LA SEXUALIDAD. ”

te todo este tiempo… ¡qué menos que propiciar un reencuentro, amiga!

¿Qué ha supuesto para usted volver a encontrarse con estos personajes, Victoria y Olimpia?

Con las dos me han pasado cosas bellísimas. Terminé un lunes By Ana Milán y el martes empezaba el rodaje de la película de Camera café. Iba aterrada, agotada, no sabía si había tenido tiempo físico y mental para hacer ese cambio de personaje, pero lo tenía metido dentro. Fue llegar al plató y ahí estaba Victoria.

¿Eso le pasa a menudo?

Creo que los personajes se quedan por ahí, bajan a algún sitio y luego tienes que saber llamarlos. Me sucede también cuando escribo. Lo estoy viviendo de nuevo ahora que estoy trabajando en una novela en la que la protagonista se llama Josefa y tiene 74 años. Ella viene y me cuenta cosas. Un día me quiso explicar lo que era ser una mujer libre en un país que por entonces de libre no tenía nada, y las decisiones que había que tomar. A partir de ahí, me empecé a documentar y después, a escribir. Josefa me puso sobre la pista de cómo era la vida de una mujer que nace en el cuarentaytantos, que tiene amantes y deseo en el cuerpo… Por eso, la novela se va a titular Bailando lo quitao. Del periodismo pasó a la interpretación, y ahora, a la novela. ¿Lo siguiente será lanzarse a dirigir?

He escrito una función de teatro que ha gustado muchísimo a la gente que se la he enseñado. Me la han comprado y querían que también la protagonizara, pero les he dicho que no, que la iba a dirigir. “Bueno, pues hazla y dirígela”, me insistían. Pero no, no soy tan lista como para hacer las dos cosas, así que solo la voy a dirigir. Películas, obras de teatro, una novela… ¿Vislumbra un nuevo ciclo en su carrera?

Es que siento que no me acabo por dentro, es como si siempre hubiera más. En la segunda temporada de By Ana Milán me pasaba escribiendo, no me daba tiempo, las ideas se me agolpaban. Haber descubierto el mundo del guión y sentirme capaz de abordarlo ha sido una maravilla. Así que sí, creo que es un nuevo ciclo. He pagado el peaje por pasar la frontera de los 30 a los 40, ese del que tanto hablamos y del que tan poco me apetece hablar a mí.

“HE PAGADO EL PEAJE POR PASAR LA FRONTERA DE LOS 30 A LOS 40”.

¿Por qué?

Porque me parece que no hay que ahondar más. Está dicho, hagamos cosas, no demos más el coñazo, o sea, hagamos el coñazo. Aunque no quiera hablar de ello, para las actrices de más de 40 años encontrar papeles no es nada sencillo.

Ahora mismo en España se está haciendo una cosa muy, muy interesante. Estamos empezando a producir nuestros propios proyectos y eso es algo que dice mucho sobre quién es la actriz española. Desde escribir guiones a producir series y después venderlas, sin necesidad de esperar si se considera sexy o deseable a alguien que ha traspasado la barrera de los 40.

¿Fueron sus directos en Instagram lo que la llevaron a reconocerse como guionista?

No, porque yo no tenía conciencia. Veía que había 75.000 personas que veían lo que yo hacía, pero yo no los veía a ellos. Mi vida personal ya era así. Yo soy la que llega a la fiesta y dice: “Bueno, ¡no sabéis lo que me acaba de pasar!” Así soy desde que tenía 16 años.

¿Sabe ya por qué le pasan tantas cosas?

Yo qué sé. El otro día, también con mi hermana, no sé qué me pasó que me dijo: “¡Pero cómo no te iban a hacer una serie, hija!” Creo que es porque voy muy concentrada en la vida… Bueno, y que luego yo soy de las que me quedo siempre a ver qué pasa. Soy un poco jubilado de la valla. Me gustan los líos, qué le voy a hacer.

¿Qué puede contar de esa obra que ha escrito? Por ahora se llama Sin fin, aunque sé que no se acabará titulando así. Sin fin, como el nombre de un vino Malbec, es la historia de dos personajes, la última sesión de terapia de psicoanálisis de un hombre con su psicólogo.

Y usted, ¿va al psicólogo?

He ido, voy e iré. Estamos disociados. Hablamos de nosotros como si lleváramos la mente en el bolso y el resto de nosotros fuéramos el cuerpo: “Pero, ¿dónde he metido la cabeza?” Somos muy complejos, muy delicados, muy bonitos, hay que cuidarse y tenemos casi la obligación de buscar la calma y la felicidad.

¿Colisiona eso con lo políticamente correcto? Nunca seré feliz dentro de una sociedad que no respete que todo el mundo tiene derecho a buscar la felicidad siempre que no hiera a nadie.

¿Se muerde alguna vez la lengua?

Nunca. No puede ser que la vida te quite colágeno y elastina, y solo te dé arrugas. No, también te concede la libertad y el valor para decir lo que tengas que decir.

¿Y lo contrario? ¿Consigue guardarse algo que no se haya visto en By Ana Milán? Claro que estoy mostrando mi intimidad, pero estoy compartiendo la que quiero enseñar. Creo que lo fundamental es que tengo mucha capacidad para reírme de mí misma y conmigo misma.

¿De dónde nace ese sentido del humor?

Fue un regalo que recibí a los 17 años, cuando me vine a vivir a Madrid. Toda mi pandilla era gente gay, me criaron ellos y ellas. Mi vida hubiera sido totalmente distinta si no me hubiera rodeado un mundo LGTBI que amo, respeto y al que debo casi todo lo que soy. En la vida si no te descojonas de ti vas cuesta abajo y con venda. ¿La risa también es una forma de restar importancia a aquello que no nos gusta?

Es posible, aunque la verdad es que no lo he pensado mucho, pero puede ser... Soy poco vengativa, a lo mejor porque me río mucho.

“NO PUEDE SER QUE LA VIDA TE QUITE COLÁGENO Y ELASTINA, Y SOLO TE DÉ ARRUGAS. ”

DE CERCA

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2021-07-24T07:00:00.0000000Z

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