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FASHIONISMO BICOLOR

Cruella de Vil, la villana obsesionada con los abrigos de DÁLMATA, vuelve a la gran pantalla, con puntuación máxima en maldad... y ESTILO.

Jamás una villana ha sido capaz de tanta maldad para lograr un objetivo tan modesto: Cruella de Vil no quiere dinero, poder o venganza; solo desea el abrigo de piel perfecto y pisoteará los cadáveres que hagan falta para conseguirlo. Esa entrega sin reservas a la causa del fashionismo, por encima de cualquier otra consideración, es lo que la convierte en una villana fascinante, tanto en la cinta animada de 101 dálmatas que Disney estrenó en 1961 como en el remake con actores reales que protagonizó Glenn Close en 1996.

Ahora, Emma Stone reencarna la obsesión villano-peletera en Cruella (estreno, 28 de mayo), una historia de orígenes que narra cómo la joven Estella pasa de estafadora fashionista de medio pelo a millonaria determinada a despellejar cachorros. La precuela cuenta con la dirección de Tony McNamara (La favorita) y el guion de Craig Gillespie (Yo, Tonya). El departamento de vestuario, crucial en una historia de este tipo, está en las manos Jenny Beavan, doblemente oscarizada por Mad Max Fury Road y Una habitación con vistas, que se ha enfrentado al reto de combinar el look De Vil con la época en la que está ambientada la cinta, el Londres de los años 70. Atentos a los matices Vivianne Westwood en el look de la protagonista, al estilo Dior de la baronesa (encarnada por Emma Thompson) y a los guiños a la rompedora firma BodyMap. ●

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2021-05-08T07:00:00.0000000Z

2021-05-08T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281595243393746

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