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GUAPAS

Julia Navarro >>www.mujerhoy.com >>www.julianavarro.com

Llega el buen tiempo, el momento en que muchas mujeres empiezan a preocuparse por su físico. Abrigos, jerseys, pantalones y botas se guardan en el armario, del que salen sandalias, camisetas, faldas ligeras, pantalones cortos, biquinis, trajes de baño... Y, claro, el cuerpo queda expuesto a las miradas de otros y ahí comienza la desazón ante esos kilos que se han cogido durante el invierno, o por la celulitis persistente, o porque a cierta edad se afloja la carne y eso se nota, sobre todo en los brazos.

De manera que, con la llegada de la primavera y el verano, muchas mujeres se ponen a régimen, van a los institutos de belleza para ver si les quitan unas cuantas arrugas o piden presupuesto para que les hagan una liposucción. Lo comprendo. Nuestro cuerpo es una envoltura que nos puede provocar inseguridad y por eso sentirse bien dentro del propio cuerpo es fundamental para el equilibrio psicológico. Pero así como nosotras nos preocupamos por mejorar nuestro aspecto –y no solo por los demás, sino también por nosotras mismas–, ellos, sí ellos, o al menos la inmensa mayoría de ellos, no se preocupan tanto por su envoltura como nosotras por la nuestra.

Es verdad que, en los últimos años, muchos hombres han optado por cuidarse más y que incluso acuden a las consultas de cirujanos de estética para quitarse arrugas o ponerse bótox. Muchos lo hacen porque, como vivimos en una sociedad banal donde el parecer eternamente joven parece un valor añadido, temen, como así sucede, que les quiten el trabajo otros más jóvenes. Pero ya digo que todavía no son mayoría.

Así que, mientras nosotras nos examinamos delante del espejo y apretamos los dientes cuando comprobamos que las cartucheras siguen ahí o que las arrugas empiezan a dibujar un mapa en nuestro rostro, ellos no parecen angustiarse tanto por el aumento de volumen de su tripa, por la pérdida de cabello que resuelven afeitándose la cabeza, o por esos kilos de más que han ganado. Ellos no se juzgan con la misma severidad que nos juzgamos nosotras y, por tanto, la llegada del verano no les suele suponer un disgusto por el deterioro de su envoltorio. En eso nos llevan ventaja.

¿Es una frivolidad intentar tener buen aspecto? Yo creo que no, siempre y cuando no se convierta en una obsesión y seamos capaces de asumir que el paso del tiempo deja huellas en nuestro rostro y en nuestro cuerpo, y que lo importante es mantenernos en forma a través de una vida saludable y, por supuesto, utilizar todos los medios que hay a nuestro alcance para mejorar nuestro aspecto. No, no es “pecado mortal” querer sentirnos guapas, no solo por la mirada de los demás, sino por sentirnos bien con nosotras mismas. Pues eso.

¿Es una frivolidad intentar tener buen aspecto? Yo creo que no, siempre que no se convierta en una obsesión y seamos capaces de asumir que el paso del tiempo deja huellas.

ENTRE NOSOTRAS

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2021-05-08T07:00:00.0000000Z

2021-05-08T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281883006202578

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