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MARÍA JOSÉ ARREGUI

Su marido, el banquero Francisco Luzón, consagró sus últimos años a la investigación de la ELA. La enfermedad se lo arrebató este año, pero ella ha heredado la responsabilidad de continuar su proyecto.

Por Flor GRAGERA DE LEÓN Fotos: Olga MORENO Estilismo: Carla AGUILAR

El banquero y economista Francisco Luzón, un hombre de trayectoria monumental en la banca española, enfermo de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), transmitió hasta su último momento pasión por la vida. Sobrevivió siete años desde su diagnóstico hasta el 17 de febrero de 2021 y creó la Fundación que lleva su nombre, que busca mejorar la vida de los pacientes con esta enfermedad y avanzar en la investigación. Es una mañana soleada y en la terraza de sillas de forja y paredes tupidas de vegetación del coqueto hotel Heritage Madrid, la vida también explota extrañamente. María José Arregui (Molina de Aragón, Guadalajara, 1968) vicepresidenta de la Fundación y viuda de Luzón, afirma que los recuerdos que le van quedando de su marido dejan de lado la enfermedad para dar paso a lo compartido juntos. “Creo que la naturaleza humana es inteligente. Conservo lo que era la esencia de Paco cuando estaba bien”. Proyectaron una fundación con la que Luzón definió su idea de devolver lo que la sociedad le había dado, tras recibir una pensión millonaria por su salida del Banco Santander. La batalla de Arregui, a pesar del dolor de la pérdida reciente, es continuar la labor de su marido.

MUJERHOY. Apenas han pasado unos meses desde la muerte de su marido, ¿cómo se encuentra? MARÍA JOSÉ ARREGUI. Los he pasado rodeada de mi familia, muy arropada por ellos: mis hijos, las hermanas de Paco, mi madre, mi tía... Han sido meses difíciles, aunque al principio casi ni te das cuenta, y es ahora cuando empiezo a sentir su ausencia. Me siento tranquila, en paz, serena. ¿Cómo se asume un diagnóstico de ELA?

Fue un proceso muy doloroso. Temporalmente se alarga mucho y hay mucha desazón. Piensas que ojalá sea cáncer, porque hay esperanza. En otras enfermedades hay lucha, pero en la ELA, no. Sí la hay por la supervivencia, como hizo mi marido. Sin embargo, revertir la enfermedad médicamente es imposible. Desde el primer momento sabes que es una sentencia de muerte.

¿Cómo se vive ese día a día sin esperanza?

He intentado, dentro de las circunstancias, mantener una vida familiar activa y normal, en la que unos días estás más contenta, otros, más triste. A lo largo de estos siete años he tratado de hacer que la vida de Paco estuviese normalizada, con los avatares diarios de nuestros hijos, con sus dos nietos

EN OTRAS ENFERMEDADES HAY LUCHA, PERO EN LA ELA, NO. ES UNA SENTENCIA DE MUERTE.

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2021-07-31T07:00:00.0000000Z

2021-07-31T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281861531533283

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