El adjetivo afortunadas se queda muy corto para describir unas islas que esta temporada se proponen seducir al viajero reivindicando su principal activo: su naturaleza aún virgen y casi tropical que, por suerte, suele quedarse fuera de las rutas turísticas mainstream. Cientos de kilómetros de playas de arena dorada, salvajes bosques, perezosos volcanes y varias reservas marinas donde bucear maridan a la perfección con los pocos y exclusivos hoteles, resorts y spas de lujo. Olvida casi todos los mitos asociados tanto a Canarias como al “todo incluido”, porque en Tenerife hemos encontrado un microcosmos premium del que no querrás salir. Los afortunados somos nosotros.

La más verde de las Canarias (no en vano toda la isla fue declarada Reserva de la Biosfera en 2002) ofrece paisajes que parecen sacados de otro planeta: desde la Cascada de Colores, en el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, al casi sagrado Bosque de los Tilos, donde se encuentra este majestuoso salto de agua.