Nos quedamos sin postre, pero felices, porque la sobremesa del verano se saborea mejor si está granizada en cócteles, cafés y tés en modo cold brew.

Parte del juego de coctelería Aurora de Yellow Octopus (50

€), servilletas de Initially London (18 €), cucharillas de HK Living en Coffee & Cloth.

Hartos de estimulantes sintéticos, los foodies miran con anhelo al café y al té. A los de verdad, con denominación de origen y respeto al recolector, los que en definitiva tienen unos sabores y matices que creíamos olvidados. El culto al oro líquido se demuestra en las estadísticas del Foro Cultural del Café, según las cuales, España empieza a tener el consumo de té de países donde esta bebida es más tradicional, mientras la compra de café se dispara en nuestros hogares y cae en la hostelería, donde a veces no podemos conocer y, mucho menos elegir, su origen.

El vigués Marcos González, que ha sido mejor barista del mundo, explica en rootcafe.es (su tienda y escuela de café) que echar hielo es prácticamente pecado. “Para que no quede aguado, yo recomiendo dejar infusionar durante 20 horas 500 gr. de café (elegirlo bien es lo más importante) en un litro de agua fría. El resultado contiene más cafeína que un café caliente, pero con cierto sabor a chocolate”.

TERRAZA EDÉNICA

El Jardín de Alma quiere ser el oasis de Madrid con su carta de verano, ideal para picar y compartir en su sombreado chillout. Y de postre, café helado (o mejor, café y helado). (eljardindealma.com).