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La familia y uno menos

Hay gente que se mueve y se distrae, o que cierra los ojos cuando se abre el objetivo. Pedro Sánchez no es de esos. Domina el arte del posado y sabe cómo ponerse. Su obsesión por la imagen personal está muy por encima de su compromiso con el interés general. Por sus pegatinas los conoceréis, y por su conocimiento del ‘photo-call’. El destino, sin embargo, jugó ayer una mala pasada al presidente del Gobierno. En la foto de familia de la cumbre de la OTAN no se le ve el pelo. Está como ausente. El ‘official portrait of NATO allies’, el que la OTAN distribuye y guarda en su álbum de recuerdos, es el retrato al natural de una frustración, del quiero y no puedo que Sánchez protagoniza como exhibicionista de su persona y anunciante de su mercancía, enfundada en un traje oscuro. Sánchez se deja ver en otras fotos, pero la oficial es un cuadro hiperrealista sobre los límites de su ambición publicitaria.

OPINIÓN

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2021-06-15T07:00:00.0000000Z

2021-06-15T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281771337139496

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