El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, ha sido probablemente el dirigente con más actividad bilateral. Entre otros, se ha reunido con el presidente norteamericano, Joe Biden, con el francés, Emmanuel Macron, con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el primer ministro español, Pedro Sánchez. No ha habido acuerdos tangibles sobre los aspectos que habían envenenado las relaciones de Turquía con sus socios, desde sus compras de misiles antiaéreos a Moscu o sus actividades en Siria y Libia, en contra de los intereses europeos, o sus actividades de prospección en aguas cercanas a Grecia y Chipre, pero la cumbre ha permitido a Turquía recuperar su posición en el seno de los aliados, en todo caso, lejos del ambiente de ruptura que se había respirado en los últimos meses.

Erdogan reconoció que había hablado con Biden del asunto más espinoso que es la compra por parte de Ankara de misiles antiaéreos rusos S-400 y del programa de compra de aviones F-35, que Estados Unidos ha suspendido precisamente por la decisión turca de aceptar suministros rusos. Sobre este tema no ha habido avances, pero tampoco ha impedido que la reunión se desarrollase en un buen ambiente. Para Erdogán, la reunión con Biden fue «positiva para el futuro» hasta el punto que el norteamericano le dijo que podría venir en visita oficial a Turquía. Dependiendo de como evolucionen las relaciones de Estados Unidos y la OTAN con Rusia, el papel de Turquía en la Alianza puede ser cada vez más valioso teniendo en cuenta su posición geográfica y su potencial militar.

«Acabo de reunirme con Biden. Hemos tenido un amplio intercambio de opiniones. Hemos tratado de forma constructiva todos los asuntos, tanto aquellos en los que estamos de acuerdo como en los que hay diferencias», dijo el turco a la prensa. «Debatimos las nuevas oportunidades y la pandemia. Acordamos utilizar de forma eficaz canales directos de diálogo y subrayamos que revitalizaremos los canales de cooperación regional. En general, vemos que hay una fuerte voluntad de mejorar las relaciones», dijo Erdogán.

Hacer las paces

Por su parte, Emmanuel Macron también dejó claro que quería «avanzar» con Turquía hacia una relación exigente y respetuosa para lo cual todos los aliados de la OTAN se comprometan «claramente con los valores, principios y reglas de la organización militar». Este ha sido el tema más delicado, después de las invectivas que se habían lanzado en persona. Concretamente, Erdogán había acusado a Macron de insultar al islam con sus planes de intentar integrar en el laicismo oficial a las comunidades musulmanas de Francia.

Sin embargo, en los casos más agudos donde chocaban los intereses estratégicos de los dos socios de la OTAN, en Siria y en Libia, los dos se han puesto claramente de acuerdo. Erdogán se ha comprometido a facilitar la apertura de pasillos humanitarios en Siria y a ordenar la retirada de los mercanarios que habían llegado a Libia con su consentimiento. Erdogán se reunió también con el primer ministro británico, Boris Johnson, y la canciller alemana, Angela Merkel. La alemana y Erdogán discutieron las relaciones de Turquía con la UE con vistas a la reunión del Consejo Europeo el 24 de junio en la que está previsto que los europeos evalúen en su conjunto las relaciones con Ankara.

La víspera, Erdogán había mantenido conversaciones bilaterales por separado con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, y el presidente letón, Egils Levits. El máximo dirigente turco dijo también que la reactivación de los canales de diálogo con Grecia ha ayudado a resolver algunos problemas bilaterales. «Creemos que la reactivación de los canales de diálogo con nuestra vecina Grecia contribuye a resolver los problemas ya la estabilidad regional» dijo Erdogán en una conferencia organizada al margen de la reunión.