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El Banco de España constata un rebote de la economía lastrado por la deuda y el déficit

La institución mejora sus previsiones y augura que se alcanzarán los niveles pre-Covid a finales de 2022 El supervisor alerta de la «considerable incertidumbre» sobre la ejecución de los fondos europeos

DANIEL CABALLERO MADRID

La institución mejora sus previsiones hasta 2023 y sitúa la recuperación total a finales de 2022. Sin embargo, el supervisor exige un plan de consolidación para atajar el desequilibrio en las cuentas y alerta de la incertidumbre en la ejecución de los fondos de la UE.

Ante la inminente aprobación del plan de recuperación y la llegada de los fondos europeos, el Banco de España presentó ayer sus nuevas proyecciones para la economía española: despegue de la recuperación en el segundo trimestre y mejora de previsiones hasta 2023. Todo ello trufado con una alerta clara para el Gobierno: el dinero comunitario debería suponer un impulso notable para la recuperación, pero el aura que lo rodea está en duda.

El organismo reconoce que «el grado de detalle sobre los proyectos que se van a acometer con cargo a los recursos del NGEU es ahora más elevado», pero destaca también que «se mantiene todavía un grado considerable de incertidumbre con respecto al ritmo al que puedan ser absorbidos estos fondos por las administraciones públicas españolas y, consecuentemente, con respecto a su distribución temporal». En suma, dudas no tanto sobre que las partidas lleguen a nuestro país sino más sobre su ejecución, es decir, que alcancen en tiempo y forma a las compañías, lo que pone en la diana al Ejecutivo. Todavía no hay concreción sobre las convocatorias para las ayudas que se van a abrir ni las condiciones de las mismas, así como tampoco transparencia sobre los proyectos estratégicos (llamados Perte).

Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, destacó que no prevén grandes cambios en la absorción e impacto de los fondos europeos en 2021, pero sí algo más de cara a 2022 en comparación a las previsiones de marzo. La aportación al PIB –lo que reportaría en total a la economía– que calculan sería de 1,8 puntos para 2023, frente a los dos puntos que augura La Moncloa. Entre las dudas y riesgos a los que se expone la llegada de los fondos está también el efecto multiplicador sobre la actividad económica, que dependerá de la «celeridad» en la ejecución de este dinero y de la «calidad de los proyectos» a los que se destine.

«En las nuevas proyecciones para 2021 se incorpora en torno al 50% (de absorción) del importe anunciado por el Gobierno para este año, considerando tanto los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) como el denominado React-EU. Para el conjunto del horizonte de proyección, la absorción se situaría ligeramente por encima del 80% de los fondos totales disponibles en forma de transferencias, concentrándose el mayor impulso en 2022», añade el documento.

Mejora de las previsiones

En sus proyecciones actualizadas, el organismo plantea tres escenarios: favorable, central y adverso, siendo este segundo al que mayor fiabilidad se le otorga. Hace tres meses anticipaba que el PIB repuntaría en un 6% en 2021, 5,3% en 2022 y 1,7% en 2023 en el escenario central. Ahora dichas cifras son 0,2, 0,5 y 0,1 puntos porcentuales mayores. «Las proyecciones contemplan una continuación de la fase de notable expansión de la actividad hasta el final de 2021, en consonancia con la recuperación de las ramas productivas que hasta ahora se han visto más afectadas por las restricciones», reza el informe. De cara a 2022 destaca también un efecto arrastre positivo.

En consonancia, la institución incide en que «el PIB no alcanzaría el nivel previo a la pandemia hasta el último tramo de 2022», lo que supone adelantar el plazo, ya que antes se pensaba más en 2023. De hecho, el supervisor afirma que el PIB se situaría un 1,9% por encima de los niveles pre-Covid al final del periodo de proyecciones.

Pensando en el muy corto plazo, el cuarto trimestre del pasado año no hubo crecimiento y en el primero de este ejercicio el PIB cayó un 0,5% en términos intertrimestrales. La situación en este segundo trimestre que está por terminar es bien distinta. El Banco de España constata que el repunte de la actividad «se ha intensificado notablemente». La institución calcula que la economía crecerá entre abril y junio un 2,7% en el escenario fa

La previsión del segundo trimestre es cuatro décimas superior a la del consenso del panel de Funcas, que la deja en 1,8%

vorable, un 2,2% en el central y un 1,4% en el adverso, gracias a la recuperación del sector servicios. Aun así, el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos se muestra cauto con estas cifras por la dificultad de hacer cálculos a estas alturas cuando todavía se carece de multitud datos.

Mientras el supervisor calcula el rebote del segundo trimestre en el 2,2%, la previsión de consenso del panel de Funcas (que aúna a todo tipo de instituciones) rebaja el optimismo al 1,8%; por comparar con otro organismo de índole similar, la Airef estima un despunte del 1,6%, seis décimas menos que la institución de Pablo Hernández de Cos. En este sentido, fuentes empresariales señalan que parece que está estimando en la parte más alta de la horquilla y que es probable que el Banco de España se haya visto excesivamente influido por los buenos datos de empleo de mayo, que coincidieron con el fin del estado de alarma y la relajación de las restricciones. Y ahondan en que a estas alturas, con tan pocos datos, es difícil atinar.

Con respecto al empleo, calcula una tasa de paro del 15,6% en 2021, del 14,7% en 2022 y del 13,7% en 2023 en el escenario central; en el adverso los porcentajes escalan al 16,2%, 15,7% y 14,6%, respectivamente. Esto supone un salto notable en comparación a marzo, cuando se pensaba en una ratio de desempleo del 17% este año, del 15,1% en 2022 y del 14,1% en 2023. Así las cosas, de cumplirse estas proyecciones, nuestro país tendría una tasa de desempleo cuatro décimas inferior a la de 2019, es decir, a la etapa pre-Covid.

Sin embargo, no todo son buenas noticias en el informe del Banco de España. De forma recurrente aparece en todos los documentos la necesidad de diseñar ya un plan de consolidación fiscal que enderece las cuentas públicas. Y esta vez también se ha vuelto a reclamar, en voz de Óscar Arce, ante la ausencia de una hoja de ruta.

Deberes pendientes

Su petición entronca con unos niveles de déficit especialmente altos y que serán sostenidos en el tiempo, a lo que hay que añadirle un empeoramiento respecto a hace tres meses. En marzo las proyecciones en el escenario central estaba en el 7,7% en 2021, el 4,8% en 2022 y el 4,4% en 2023. Ahora están en el 8,2%, el 4,9% y el 4,3%, respectivamente. Arce achaca este incremento del desfase, principalmente, al efecto sobre las cuentas de la prórroga de medidas públicas como los ERTE, así como a la implantación de nuevas medidas de apoyo como las ayudas directas, las cuales «sumarían un punto más de déficit» al conjunto de los cálculos, con un efecto neto de medio punto más. Unido a ello, también se señala que «se revisa ligeramente a la baja la estimación de los ingresos derivados de los nuevos impuestos introducidos a comienzos de este año o actualmente pendientes de aprobación», como las tasas Google y Tobin.

Con respecto a la deuda pública, esta supone otra preocupación más a futuro para la institución, como ha asegurado en múltiples ocasiones. El organismo destaca que «apenas descendería en 2 puntos porcentuales en el horizonte de proyección» hasta 2023. De esta manera, quedaría en el 120,1% en 2021, el 117,9% en 2022 y 118% en 2023, en el escenario central, pudiendo llegar en el adverso al 122,6%, 122,1% y 123,4%, respectivamente.

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2021-06-15T07:00:00.0000000Z

2021-06-15T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282080574784808

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