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El microscopio del siglo XVII que salió de los lodos de un canal

► Es el único ejemplar original de Antony van Leeuwenhoek que se conoce en España

DANIEL CORTIÑAS

En el Flandes del siglo XVII, cuando un microscopio dejaba de funcionar, sus propietarios abrían la ventana y se deshacían de él lanzándolo a los canales. No había todavía cultura del reciclaje. Uno de aquellos utensilios inicia desde ayer su peregrinaje administrativo para ser catalogado como Bien de Interés Cultural: el microscopio naturalista de Antony van Leeuwenhoek. Una pieza emblemática y única en España que permitió a su creador sentar las bases de la bacteriología y protozoología, y que se encuentra en una colección de un particular. Galicia salvaguarda así, por primera vez de forma patrimonial, un instrumento científico.

Van Leeuwenhoek es considerado el padre de la microbiología y la parasitología. El comerciante y biólogo holandés fue uno de los primeros hombres en observar los microorganismos, y lo hacía a través de microscopios de diseño propio. A partir de un viaje a Londres en 1668, donde aprendió la técnica de construir microscopios simples a raíz del libro ‘Micrographia’ (Robert Hooke), comenzó a producir sus propios dispositivos. Así es como nace una serie de artefactos a la que pertenece el microscopio en cuestión. Todos ellos destacan por su particular diseño, que despiertan un gran interés y gozan de una considerable importancia en la historia de la ciencia.

Tras su fabricación en el siglo XVII, el microscopio pasa desapercibido hasta 2014, cuando se descubre en el dragado de lodos de un canal en la ciudad de Delft (Países Bajos), lugar donde Leeuwenhoek vivió toda su vida. Al parecer, el científico lo arrojó al canal,

Cuatro siglos después, el microscopio es rescatado de una subasta de eBay para convertirse en Bien de Interés Cultural

como era costumbre por aquella época cuando un instrumento ya no servía o tenía algún desperfecto. No fue hasta finales del siglo pasado, cuando se produjo una limpieza de dicho canal, que miles de objetos salieron a la luz. Gracias a esta carambola, el microscopio vuelve a la superficie. El primer nuevo propietario decidió incluir el dispositivo en un lote de materiales de pintura, que él mismo vendía por eBay, sin conocer su procedencia ni su trascendencia.

Padre de la microbiología

Posteriormente, el artefacto fue encontrado ‘por azar’ por Ángel Tomás Camacho, un coleccionista de antiguos microscopios, que lo adquiere a través de la plataforma digital. A la hora de realizar la puja era conocedor de que no estaba comprando simplemente objetos de pintura. Así, una vez cerrada la subasta, Camacho, ya con los artículos en su poder, inició un proceso de autenticación en el laboratorio de Cavendish, perteneciente al Departamento de Física de la Universidad de Cambridge. Este proceso reveló que el microscopio había salido de las hábiles manos del padre de la microbiología. Y esto disparó su valor.

Porque Leeuwenhoek construyó cerca de 500 microscopios a lo largo de su vida, pero solo se conservan a día de hoy nueve ejemplares en todo el mundo, y tan solo uno en España. La mayoría se encuentra en Países Bajos, y entre ellos se puede apreciar uno que comparte ciertos parecidos con el microscopio de Galicia. Se dice que son gemelos porque ambos tienen una característica única: tres agujeros en el tornillo.

La incoación como Bien de Interés Cultural se realiza a petición de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, aunque previamente fue promovida por el propio Ángel Tomás Camacho. El objetivo es proteger esta particular pieza del siglo XVII. Una creación singular de uno de los científicos más influyentes de la historia.

CULTURA

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2021-06-15T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282346862757160

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