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Una obra de arte de Schick apaga la llama escocesa

FRANCISCO J. MOYA

Todavía andan en la Roma tirándose de los pelos por los 40 millones que le pagaron a la Sampdoria en 2017 por Patrik Schick. Y continuarán lamentándose los italianos, al comprobar cómo el delantero checo que fracasó en el Olímpico se ha convertido en la gran sensación de este inicio de Eurocopa. Con sus dos goles a Escocia, le dio tres puntos fundamentales a su selección. El primero, con un soberbio cabezazo después de un estupendo centro del lateral Coufal, será olvidado pronto. El segundo, una obra de arte, será recordado de por vida.

Schick soltó un zurdazo potente, preciso y con efecto desde 49 metros que pilló adelantado al veterano Marshall y firmó el que seguramente será el gol del campeonato. Fue en la misma portería en la que Zidane hizo en 2002 uno de los tantos más bellos de la historia de las finales de Champions. Y curiosamente la pelota entró por la misma escuadra en la que hace 19 años se alojó la volea de Zizou. Algo tiene el Hampden Park de Glasgow, donde escoceses y checos protagonizaron un duelo intenso, abierto y con muchas oportunidades. Las intervenciones del guardameta checo acabaron arruinaron el regreso escocés a un gran torneo después de 25 años de ausencia.

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2021-06-15T07:00:00.0000000Z

2021-06-15T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282449941972264

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