Las dos últimas campeonas del mundo, Francia y Alemania, disputan esta noche (21.00 horas) uno de los duelos más atractivos de esta fase de grupos y muy importante para su futuro en el grupo de la muerte, donde pugnarán con Portugal y Hungría por pasar a la siguiente fase. Uno de los grandes atractivos reside en el potencial ofensivo de los galos, con un tridente de ensueño formado por Mbappé, Benzema y Griezmann. Los dos primeros son el futuro y el presente del Real Madrid y el tercero una eterna incógnita cuando se enfunda la camiseta azulgrana. Pero cuando juegan juntos enamoran a los aficionados y desmembran a sus rivales con sus goles y desmarques.

«Sobre el papel Francia es más fuerte, pero solo sobre el papel. Ellos pueden ser tranquilamente favoritos, tienen grandes delanteros. Nosotros tenemos que ser agresivos y marcar terreno. Estamos preparados», salió al paso Antonio Rudiger, defensa que afrontará uno de los retos más complicados de su carrera deportiva y que dejó claro que no se andarán con remilgos a la hora de frenar al talentoso tridente francés. No obstante, la contundencia de la zaga alemana no arruga a los atacantes, curtidos en competiciones de alto nivel. «Cada uno juega con sus armas. Nuestras armas son asociarnos y jugar nuestro fútbol. Si sus armas son otras, recurrirán a ellas. Seguimos concentrados en nuestra preparación, analizaremos sus virtudes y sus debilidades», le respondió Mbappé.

No tiene dudas Didier Deschamps, que tiene claro su esquema, con los jugadores del PSG y del Real Madrid como referencias en la delantera gala y apoyados desde la mediapunta por el futbolista del Barcelona. Menos opciones tiene de ser de la partida Giroud, que mantuvo un rifirrafe con Mbappé al quejarse de que «me llegan pocos balones a pesar de mis desmarques», algo que la estrella del PSG no encajó bien tras sentirse aludido por el futbolista del Chelsea.

Seguramente, todos los focos estarán puestos sobre Mbappé, una de las estrellas más rutilantes del panorama mundial y objetivo enfermizo para Florentino Pérez, aunque desde el PSG se niegan a escuchar ofertas. De hecho, Nasser Al-Khelaïfi no se arredra ante la negativa del futbolista para renovar y se siente fuerte en un pulso que está generando cierta desazón en París. «Seré claro: Mbappé se va a quedar en París, nunca lo vamos a vender y nunca se irá gratis. Mbappé tiene todo lo que necesita en París. ¿A dónde puede ir? ¿Qué club, en términos de ambición y proyecto puede competir hoy con el PSG?», desafió el jeque, que se topó con el enfado del jugador. «Estoy en un lugar que me gusta, ¿pero es el mejor sitio para mí? Todavía no tengo la respuesta», avisó el delantero. De momento, Mbappé ha aparcado cualquier decisión sobre su futuro para concentrarse en la selección.

Y no es el único que recibe elogios por parte de su rival de hoy. Timo Werner ha centrado su admiración sobre Benzema. «Habría preferido que no lo hubieran vuelto a convocar con Francia este año», bromeó el delantero de Alemania recordando los seis años que estuvo apartado de la selección por el presunto chantaje a un compañero. «Tienen un tridente de máximo nivel mundial y será dificilísimo enfrentarnos a ellos. Para mí, Benzema es uno de los tres mejores delanteros centro del mundo junto a Robert Lewandowski y Cristiano Ronaldo. Y con razón», aseguró.

El deseado del Real Madrid

No es el único que elogia a Benzema. «Karim sacará lo mejor de Mbappé, como hizo en Madrid con Cristiano. Creo que Karim, en ese equipo de Francia, puede hacerlo muy, muy bien», aseguraba Mourinho, técnico que conoce bien al galo. Mientras, el delantero está exultante tras su regreso a la selección y disfruta de cada partido y entrenamiento. Incluso hace de embajador del Real Madrid cuando habla de sus compañeros. «Kylian es un jugador que conozco, lo vi en televisión antes de jugar con él. A su corta edad, ya es uno de los mejores. Realmente disfruto jugando con él, puede marcar las diferencias en cualquier momento. Puede hacerlo todo», aseguró recientemente en lo que se interpretó como un guiño a Mbappé para que acabe jugando en el Bernabéu.

Antoine Griezmann se suma a esas tardes de vino y rosas cuando defiende a Francia. Encuentra en ‘les bleus’ el reconocimiento que se le discute en el Camp Nou, donde tiene que excusarse continuamente a pesar de sus buenos registros. «En Francia me he ganado el respeto. Los que saben de fútbol se dan cuenta que lo hago bien en todos los lugares en los que voy. En la selección todos los balones pasan por mí, me siento más libre, como en el Atlético de Madrid. En Barcelona no me he sentido importante y las críticas fueron a veces exageradas. Con Francia me siento más libre que en el Barça», denuncia molesto por tener que jugar pegado a la banda o por sus suplencias ante el Real Madrid. Y volverá a reivindicarse. Cuenta con la confianza de Deschamps y de su país.