Segundo episodio violento en las piscinas municipales de Madrid apenas un mes después de que estas fueran abiertas. Tras la pelea multitudinaria acontecida en Moratalaz a finales de mayo, que dejó tres detenidos y tres policías heridos; el turno esta vez le ha tocado al recinto de Cerro Almodóvar (en el distrito de Villa de Vallecas). El pasado sábado por la tarde, un grupo de adolescentes accedió al espacio desprovistos de tiques de acceso y sin respetar las normas básicas de baño. Fueron los propios vigilantes de seguridad los que intentaron mediar con los alborotadores, pero dada su negativa a marcharse, no tuvieron más opción que alertar a la Policía Municipal.

Sin embargo, lejos de deponer su actitud, los jóvenes desafiaron a los agentes hasta el punto de que uno de ellos, de 15 años, terminó detenido por un delito de atentado contra la autoridad. Al lugar se desplazaron una quincena de patrullas, que lograron revertir una tensa situación desatada poco después de las 19.30 horas. Con la llegada de las buenas temperaturas, los exteriores de la instalación de Cerro Almodóvar se han convertido desde hace años en una zona habitual de botellón. De hecho, un joven de 21 años fue atendido horas más tarde a causa de un coma etílico agudo, sin que tal requerimiento guardase relación con el anterior. El afectado fue trasladado por el Samur-Protección Civil al hospital Gregorio Marañón.

La agresión del sábado a un agente se suma a la trifulca registrada el pasado 29 de mayo en la piscina de Moratalaz. Esa tarde, una pareja de municipales se personaron en el enclave para realizar una visita rutinaria, dentro del plan de seguridad de instalaciones deportivas. A su llegada, los vigilantes informaron a los uniformados de la presencia de varios grupos de bañistas consumiendo alcohol, fumando en ‘shisha’ y jugando al fútbol, tres acciones totalmente prohibidas.

Fue entonces cuando los policías instaron a los implicados a abandonar las dependencias, arrebatándoles el balón en plena pachanga. Pese a que el desalojo parecía transcurrir con relativa normalidad, uno de los jóvenes se revolvió y lanzó un puñetazo contra sus interlocutores. Este inesperado ataque provocó que la masa rodease envalentonada a los agentes, viéndose obligados a pedir refuerzos para salvaguardar su integridad. Una decena de unidades acudió en su auxilio logrando dispersar al gentío.

Además del primer agresor, otros dos menores acabaron arrestados por arrojar vasos a los funcionarios e intentar golpear a un vigilante de seguridad privada. Los tres detenidos fueron acusados de un delito de atentado a la autoridad.