En las últimas semanas, el tono de Inés Arrimadas hacia el Gobierno se ha recrudecido notablemente. Si la relación entre Ciudadanos (Cs) y el Ejecutivo se resintió cuando Pedro Sánchez pactó los Presupuestos con ERC y con EH Bildu, los indultos han abierto un abismo entre ambos. Pero ayer, las palabras más duras de la líder liberal se dirigieron hacia el presidente de la Generalitat de Cataluña, el republicano Pere Aragonès.

Arrimadas visitó Figueras (Gerona) para participar en una reunión del Comité Autonómico de Cs en Cataluña, que repartirá sus próximos encuentros por distintas localidades de la comunidad. Y allí, en ‘territorio hostil’, la presidenta de Cs volvió a recordar a la que fue líder de la oposición en Cataluña. «Ayer veíamos la imagen de Aragonès, del presidente de la Generalitat, rindiendo pleitesía a [Carles] Puigdemont», lamentó, en alusión a la cita que mantuvieron ambos en Waterloo (Bélgica) para simbolizar unidad en el separatismo.

Lo cierto es que las dispares reacciones ante los indultos marcan una evidente distancia entre Junts y ERC. Pero la fractura en el independentismo poco preocupa a Arrimadas. Sí lo hace ver cómo Aragonès sigue la estela de su antecesor, el inhabilitado Quim Torra, y continúa «rendido a un fugado de la Justicia, ante el separatismo y ante lo que es una ruina económica» para Cataluña: el ‘procés’.

Con datos en la mano, Arrimadas criticó la deriva secesionista, que ha llevado a Cataluña a perder el primer puesto en el PIB de España. Tampoco es ya la comunidad con más autónomos dados de alta. Andalucía, gobernada en coalición por PP y Cs, le ha superado en ese último parámetro. «Aragonès rinde pleitesía a Puigdemont mientras los catalanes siguen arruinándose», denunció.

Indultos: «Una bofetada»

El jueves, Arrimadas llevó a Bruselas el debate de los indultos e informó a la vicepresidenta de la Comisión Europea Vera Jourová, entre otras cosas, de la opinión contraria del Tribunal Supremo. Ayer tampoco se olvidó de Sánchez, a quien acusó de dar «una bofetada» a los catalanes constitucionalistas. «Es olvidarnos, es machacarnos, es decir que no existimos», clamó, antes de criticar a los empresarios catalanes por «mirar hacia otro lado», al igual que «aplaudían» a los separatistas mientras «adoctrinaban».

A Sánchez le acusó también de preparar un acto de «propaganda» mañana en Barcelona, en un reproche del que solo salvó al Rey, a quien felicitó por el séptimo aniversario de su proclamación y agradeció su papel pare frenar «el golpe de Estado» del 2017. «No había normalidad en Cataluña antes ni la hay ahora», zanjó.