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El rodillo alemán arrolla a Portugal

La velocidad germana funde a la campeona, que se complica su futuro

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

La moribunda Alemania despertó del millón de críticas y arrolló a la campeona vigente de la Eurocopa al estilo del Bayern, con velocidad, incursiones por las bandas y centros a la espalda de los defensas que destrozaron al conjunto de Fernando Santos. Seis goles, un tiro al poste y otra media docena de ocasiones enmarcaron el mejor partido del torneo.

Fue trepidante, emocionante, divertido, tenso. El duelo entre Alemania y Portugal se transformó en un vaivén de poderío físico, rapidez de movimientos y acciones estratégicas. Los hombres de Joachim Low salieron a por todas, encerraron a su rival y se llevaron de salida el golpe brutal del contraataque luso con un gol rematado a placer por Cristiano en un pase perfecto de Jota.

La ventaja visitante trastornó por momentos a los locales, animados por once mil seguidores en el Arena de Múnich, mientras tres mil aficionados portugueses celebraban el tanto en un sector de las gradas. Los campeones continentales se gustaron en esa situación y Cristiano se permitió un taconazo de arte en el centro del campo, con la vista puesta en el tendido, que provocó sensación. La alegría de los rojiverdes, no obstante, duró poco.

La selección alemana se repuso pronto de la sorpresa, imponiendo un ritmo muy alto de partido que encerró otra vez a Portugal en su área. Las incursiones por las bandas y los centros muy bien trazados atosigaron a los pupilos de Fernando Santos, que se vieron superados ante el nervio y la anticipación de los germanos. Se vio por fin a una Alemania que aplicaba ese estilo Bayern, el que la ha definido históricamente, con pases peligrosos colocados a la espalda de los defensas enemigos, que sufrieron tanto que se marcaron dos goles en propia puerta.

Ruben Dias, mirando hacia su guardameta, Rui Patricio, anotó en propia meta el empate alemán, al querer evitar el remate de Havertz en un pase perfecto de Goosens. En plena efervescencia germana, en el césped y en las tribunas, Guerreiro, desbordado desde el nacimiento de la jugada, se apuntó la segunda diana lusa en propia portería al intentar impedir el remate Gnabry.

Con el marcador en contra, Santos sorprendió al sentar a Bernardo Silva, el motor de Portugal, que había recorrido 5.550 metros hasta el intermedio, e introdujo a Renato Sanches para colocar un trivote que no sirvió de nada, pues el mismo Sanches, frío, estuvo flojito en la acción que Goosens, otra vez él, definió con otro centro medido para que Havertz, en esta ocasión sin ayuda, rubricara el tercer gol blanquinegro.

Desesperado, Fernando Santos quitó a William Carvalho, el centrocampista del Betis, y dio entrada a Rafa Silva. Todo iba en contra de Portugal, que no tenía la pelota ni con la desventaja.

Goosens, colosal

En plena fiesta de la cerveza, el mejor futbolista de la tarde, Goosens, cabeceó la cuarta diana germana en un envío colosal de Kimmich, que jugaba como extremo derecho en el sistema de defensa de tres de Joachim Low. Fue una acción de extremo a extremo, soñada, ante la pasividad de la retaguardia lusa, incapaz de controlar el fusilamiento de pases de los tedescos.

Cristiano Ronaldo sacó reaños en la debacle de su equipo y protagonizó un pase imposible que Jota remachó para acortar distancias.

Ahora sí, con dos goles de desventaja, los visitantes pasaron a dominar territorialmente el encuentro, una realidad admitida por Alemania, que prefirió jugar a la contra.

Los visitantes buscaron con ahínco un tercer tanto que les introdujera de nuevo en el partido. Renato Sanches estrelló un zambombazo impresionante en la madera. Pepe también estuvo a punto de cabecear ese gol. A la contra, Goretzka falló el quinto para los teutones. Fue el mejor encuentro de la Eurocopa. Seis goles, como en los años setenta. Fútbol, en fin.

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2021-06-20T07:00:00.0000000Z

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