Aunque las consecuencias económicas y de reputación han sido considerables, sucede como en todas las modas entre futbolistas. Un uso o costumbre que se hace vigente de manera pasajera y que se desvanecerá. Cristiano Ronaldo apartó unas Coca-Colas del atril en una rueda de prensa, hizo un asco a la bebida refrescante y brindó con agua por una presunta salud global. El capricho de la estrella con más seguidores del planeta (299 millones en Instagram, 148 en Facebook y 92 en Twitter) y su evidente egoísmo lo situó frente a la compañía que más productos vende a nivel mundial (25 millones de unidades al día, 9.000 millones al año). Encontró eco en otra chiquillada del francés Pogba (retiró una Heineken, supuestamente le molestaba por ser musulmán) y ha provocado un dilema jurídico, comercial y de reputación respecto a la interacción de las estrellas con los patrocinadores. Coca-Cola, que tuvo en nómina a Cristiano en 2006 y que es uno de los ‘sponsors’ de la Euro, no piensa demandar al futbolista, según supo ABC, aunque sí se plantea retirar las botellas de las ruedas de prensa para evitar más chuflas y comentarios. CocaCola

para todos, que cantaba Mecano... Comenta una fuente que prefiere el anonimato y que trabajó hace años con Cristiano Ronaldo, que el futbolista es un devoto de la salud y que, cuando declaró en el litigio con Hacienda en los Juzgados de Madrid, también desechó una Coca-Cola y reclamó agua en medio del proceso. Dice que no es la primera vez que lo hace, aunque aquello pasó inadvertido.

Visión purista que no se cree Marcos de Quinto, exvicepresidente mundial de Coca-Cola. «El numerito de Cristiano es una falta de educación. Podría parecer ignorante, pero él es un experto en estas lides de la publicidad y el patrocinio. Sabe que las Coca-Colas son ‘atrezzo’ en la sala de prensa y él gana mucho dinero con un evento como la Eurocopa», explica a ABC el exdiputado de Ciudadanos.

De Quinto trabajó durante 35 años en Coca-Cola y observa otro fondo en el desplante de Cristiano. «Hay un interés económico detrás. Uno de sus patrocinadores es Herbalife, batidos para perder peso, marca que ha sido retirada en algunos países por causar problemas en el hígado», dice. En abril de 2008 se desaconsejó su consumo en España por sospecha de ser responsable de nueve casos de toxicidad hepática y 37 casos en otros países de la Unión Europea, Islandia, Suiza e Israel.

La bebida refrescante se ha convertido en el juguete de los actores de la Euro. Locatelli, el goleador de Italia, hizo la broma de CR y la retiró un instante del tiro de cámara antes de hablar. El seleccionador ruso, Stanislav Cherchesov, dio un trago a una botella de Coca-Cola cuando compareció ante los medios.

«Cristiano ha montado el numerito a costa de una compañía que tiene más de 130 años y nunca ha hecho daño a nadie –asegura Marcos de Quinto–. No es inocente, pero Coca-Cola no va a hacer nada contra él. Lo sé. No se gana nada con una demanda. Si no quiere tomar Coca-Cola, que no la tome, pero que no argumente que va contra la salud porque es mentira».

Según el portal especializado Bloomberg, la multinacional norteamericana sufrió una pérdida por capitalización bursátil de 3.967 millones de dólares (3.272 millones de euros). La acción pasó de valer 56,16 dólares a 55,24, un retroceso del 1,6%.

«Es falso que cayera en Bolsa por el episodio de Cristiano –expone Marcos de Quinto–. Son fluctuaciones normales en una compañía que vale muchos millones».

Se podría considerar que el caso duerme en un limbo legal. Coca-Cola es patrocinador de la Eurocopa. La compañía podría actuar contra la UEFA y ésta contra la selección portuguesa, pero parecía muy claro que nada de esto iba a suceder. La UEFA ha advertido a los futbolistas, cual adolescentes que vienen del recreo, que no retiren las botellas de los ‘sponsors’. «Es importante porque los ingresos de los patrocinadores son cruciales para el torneo y para el fútbol europeo», comunicó el director de la Euro, Martin Kallen.

«Los patrocinadores buscan en los contratos en el deporte un rédito comercial, de imagen y de notoriedad –analiza Álvaro Lavín, experto en patrocinio que gestionó la cuenta de ING en Renault con Fernando Alonso–. La selección portuguesa ha firmado un contrato con la UEFA para la Euro, hoteles, logística, ruedas de prensa, normas de juego… Cristiano no puede modificar el escenario, porque pertenece a la competición. Es como quitar una marca del ‘photocall’ porque no te gusta o te apetece. O jugar con una camiseta de Nike si tu equipo viste Adidas. Puedes no salir a una rueda de prensa porque algo no te complace, pero no modificar el escenario. Me parecería normal demandar».

Coca-Cola y Heineken son dos de los doce patrocinadores de alto nivel de la Eurocopa, un grupo de compañías que contribuyen a las arcas de la UEFA con 2.000 millones de euros en ingresos. Los futbolistas obtienen dinero indirectamente de estos acuerdos de patrocinio, a través de sus federaciones. Las 24 selecciones compartirán 375 millones en premios por su trayectoria deportiva. Eso, al margen de los patrocinadores de cada selección que se muestran en la Euro (Portugal tiene a Sagres, empresa propiedad de Heineken, la que retiró Pogba) y de los ‘sponsors’ privados de cada futbolista.

Las posibles demandas, que no llegarán, no están tipificadas en los reglamentos de la UEFA como infracción, pero el código disciplinario sí contempla sanciones de otro tipo. Lo explica a ABC Irene Aguiar, asesora jurídica especializada en derecho deportivo. «El artículo 11 establece unos principios generales de conducta, que tienen que ver con el incumplimiento del reglamento, la ética, la integridad y la lealtad a la competición. No está expresamente recogido, pero sí se podría sancionar a partir de este artículo».