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Cada día, un asombro

Pablo Iglesias pensó que podría dar la campanada en las autonómicas madrileñas

ÁLVARO DELGADO-GAL

Permítanme que dé un brinco hacia atrás y me plante en el sábado 4 de septiembre, día en que Ctxt, una revista marginal, nos permitió oír el primer trino de Pablo Iglesias tras su ostracismo autoinfligido. Ignoramos por qué causa Pablo Iglesias se apeó del Gobierno. Mi conjetura es que el exlíder de Podemos está afectado de una personalidad acusadamente narcisista, y que no se sentía a altura de sí mismo haciendo de vicepresidente espectral en el gabinete.

En algún instante, pensó que podría dar la campanada en las autonómicas madrileñas. Al comprobar que las elecciones pintaban mal, filtró al ‘Corriere della Sera’, casi a pie de urna, que abandonaba la vida pública. El capitán del barco que se hunde, en vez de aguantar hasta que el pasaje se haya puesto a salvo, se agencia una fueraborda y sale por pies. No creo que Iglesias vaya a sobrevivir políticamente a la espantada. Por lo menos, las circunstancias no le ayudan.

Separado de las instituciones y de la estructura orgánica del partido, solo dispone de su voz y de su talento. Y su voz no es la de Caruso, ni su talento, el de Lenin. Esto dicho, el artículo de Ctxt resulta altamente instructivo, tanto en lo que hace a Pablo Iglesias como a una parte de la izquierda española.

Punto número uno: PP y Vox nos son presentados como una monstruosidad cuya supervivencia hace peligrar la democracia. No solo, según Iglesias,

ha aumentado la probabilidad de que, tras la desaparición de Ciudadanos, la derecha toque poder, sino que podría incluso ocurrir, ¡horror!, que ganara las elecciones dos o tres veces consecutivas. Contra esta eventualidad nefasta, vale cualquier cosa. No parece impresionar a Iglesias que los votos expresan preferencias, y cuando escasean, lo sensato es preguntarse por qué. El ex líder de Podemos está en otra cosa.

A todos se nos alcanza, más o menos, cuál. Segundo punto, quizá el más importante. El abajo firmante declara, tal como suena, que las políticas económicas y sociales no son ya el marco que la izquierda debe elegir para enfrentarse a la derecha. Después de calificar a la última como ultraespañolista y reaccionaria, auspicia una coalición de los que, a fuer de demócratas, no se sienten identificados con una España unitaria o con España en absoluto (Bildu, separatistas catalanes, etc.). Detrás de esto, claro, se aprecia una aritmética elemental.

Excluidos Vox y el centro derecha como indeseables, es más, casi como inconcebibles, no queda otra que contar con Bildu o lo que se tercie. Aun así, sorprende la evolución experimentada por la izquierda radical. Hace unos años, el comunismo propugnaba la revolución social. Esa es la tecla, por cierto, que sigue apretando Yolanda Díaz. Iglesias propugna también la revolución, pero esta no equivale ya a la emancipación de los trabajadores sino a la destrucción del Estado. Su destrucción, sin proyecto ulterior. Puro Laclau.

Tercer punto: al PSOE, a lo largo del artículo, se le asigna el papel desairado de compañero de viaje o tonto útil. Último punto: ¿dónde sitúa todo esto a Sánchez? ¿En lo mismo? La respuesta es «sí», y «no». La ruptura schmittiana con la derecha y la aceptación de las consecuencias de esa ruptura (p.e., la alianza con Bildu), han sido enunciadas, y también practicadas, por el secretario general del PSOE. Pero hay también un «no». Sánchez no persigue la aniquilación del Estado ni la Revolución. Sánchez quería pisar La Moncloa, y luego permanecer en ella sin reparar en gastos.

Y, por supuesto, sabía con qué clase de gente se estaba jugando los cuartos. Y ahí, señores, acaba el asunto. La consigna lampedusiana «Que cambie todo para que no cambie nada» admite una traducción sanchista: «Que cambie lo que sea, mientras no me toque a mí». Imposible determinar hasta dónde llegaremos. Sánchez es el asombro que cada día nos traen las noticias de la mañana.

ESPAÑA

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2021-09-18T07:00:00.0000000Z

2021-09-18T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281887301442382

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