La imparable diversificación de la industria del turismo –cultural, de compras, de aventura, gastronómico, de borrachera, espacial, de cana al aire...– es una de las asignaturas pendientes de un sector que en España aún responde a los patrones playeros de mediados del siglo pasado, sin valor añadido, según Alberto Garzón. Inasequible al desaliento, la ministra del ramo no deja de abrir nuevas líneas de negocio. Ayer apostó por el turismo de catástrofes, toda una experiencia para los viajeros más exigentes e insensibles. Para Maroto, el desastre de La Palma es un «espectáculo maravilloso de la naturaleza» que hay que utilizar como reclamo internacional. Próximamente a la venta, billetes combinados. Incluyen crucero frente a los ríos de lava que devastan la isla y ‘tour’ nocturno de avistamiento de cayucos frente a El Hierro. Abstenerse personas compasivas o medianamente empáticas, gente de sol y playa.