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UN VOLCÁN ESTROMBOLIANO RUGE MEDIO SIGLO DESPUÉS EN LA ISLA

Desde el 11 de septiembre, cientos de seísmos fueron la mejor señal de advertencia en Cumbre Vieja

M. MORENO MADRID

La isla canaria de La Palma ha tardado 50 años en padecer una nueva erupción. Desde el pasado 11 de septiembre, La Palma ha sufrido cientos de sismos más o menos intensos, una deformación que el Instituto Geográfico Nacional ha ido registrando en su red de vigilancia volcánica. El día 19, el magma alcanzó la superficie a las 15.12 horas. Los geólogos lo describieron como un volcán estromboliano, que no significa otra cosa que erupciona con pausas como hizo precisamente el volcán Estrómboli en la isla italiana. A partir de una fractura, el volcán lanza material piroclástico (mezcla caliente de gases, ceniza y fragmentos de roca). Las explosiones son esporádicas, generalmente poco violentas, y la lava no es emitida de forma continua. En La Palma va a una velocidad de 700 metros por hora. La duración de las explosiones puede ir de semanas a algunos meses. El volcán Estrómboli, el Paricutín en México y el Teneguía en La Palma también son de tipo estromboliano. La última erupción del Teneguía ocurrió en 1971, cuando despertó tras llevar dormido desde 1677. Se llegaron a contar 26 bocas por donde salía lava incandescente, nubes de humo y ceniza.

Reservorios de magma

Las zonas volcánicas activas, como las islas Canarias, traen magma desde la profundidad hasta la superficie. Bajo el volcán en La Palma, el magma se acumula en forma de reservorios, y se transporta a través de conductos, o diques, como si fueran las arterias del volcán. El viaje al exterior no es nada fácil ni pronosticable, pero la sismicidad y la deformación ejercen como las más fidedignas señales precursoras de erupciones.

El magma se abre paso rompiendo la roca que tiene alrededor. Esa fractura produce ondas que son sentidas por la población como terremotos. En La Palma, el enjambre sísmico a principios de la semana pasada provenía de profundidades de unos 12 kilómetros. Aunque esta sismicidad comenzó en 2017, su intensidad se ha incrementado en los últimos días.

Teniendo en cuenta esta actividad registrada en La

Palma, se podría decir que ha habido al menos unas 5.500 fracturas de roca en los últimos días. Finalmente, el comienzo de la erupción generó el seísmo de mayor magnitud, cuando el dique alimentador completó su viaje rompiendo las rocas de la superficie, generando la fisura eruptiva, que tiene varias bocas. Ayer eran nueve.

Se elevó diez centímetros

Además de fracturar las rocas, el magma se va acumulando en zonas de la corteza en las que encuentra ‘huecos’. Esa acumulación hace que el magma empuje los materiales que todavía tiene por encima, lo que se manifiesta en superficie como un abombamiento o deformación, que en La Palma ha sido de aproximadamente diez centímetros.

Las islas volcánicas oceánicas como las Canarias representan la parte emergida de grandes edificios volcánicos. La Palma, por ejemplo, tiene poco más de 2.400 metros de altitud; sin embargo, bajo el mar tiene unos 3.000 metros más. Es decir, la isla es la punta del iceberg de ese gran volcán de más de cinco kilómetros de altura.

La mayoría de las erupciones se producen bajo el mar, como la última de El Hierro. En La Palma, la erupción está ocurriendo en territorio insular, como las siete erupciones documentadas a lo largo de los últimos 600 años en la isla. La actual está localizada en una zona con un gran número de centros de emisión y fisuras de erupciones pasadas, lo que demuestra la importancia de nuestro estudio del pasado geológico para entender su presente y futuro.

ENFOQUE

es-es

2021-09-21T07:00:00.0000000Z

2021-09-21T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281840056807198

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