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París cancela una cumbre con Londres y escenifica su cólera por el pacto Aukus

Francia cancela un encuentro programado de Defensa entre el ministro galo y el británico

IVANNIA SALAZAR CORRESPONSAL EN LONDRES

El Gobierno francés canceló una reunión de Defensa con el británico, prevista esta semana, y volvió a expresar su cólera por el acuerdo alcanzado la semana pasada entre el Reino Unido, Estados Unidos y Australia para frenar a China y que pone fin a su importante contrato militar con Canberra.

«Todas las relaciones bilaterales pasan por períodos de tensión». Así lo consideró este lunes el secretario de Estado británico de Exteriores, James Cleverly, al comentar en un programa de la cadena BBC la noticia de que el encuentro previsto entre los ministros de Defensa del Reino Unido y Francia esta semana fue cancelado por el país galo, en medio de la creciente tensión entre ambos países después de que Australia rompiera un importante y multimillonario contrato de compra de doce submarinos franceses convencionales para decantarse por otros, de origen estadounidense, de propulsión nuclear, lo que lo convertirá en la séptima nación del mundo en operar submarinos de este tipo, junto a Estados Unidos, que cuenta con 68; Rusia, con 29; China, con 12; Reino Unido, con 11; Francia, con 8 e India, con uno. La decisión australiana de romper el acuerdo, que fue firmado en el 2016, llegó tras la firma de la alianza estratégica militar conocida como Aukus entre ese país, Estados Unidos y Reino Unido, anunciada la semana pasada y que no sentó nada bien en París.

Cleverly, sin embargo, se mostró convencido de que «en última instancia, nuestra relación con Francia perdurará», aunque al otro lado del canal de la Mancha las declaraciones de los últimos días han sido mucho menos conciliadoras: «Queremos explicaciones» sobre lo que «parece ser una importante ruptura de confianza», declaró el domingo Gabriel Attal, portavoz del Gobierno francés. Más duro fue el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, que describió el acuerdo como una «puñalada por la espalda» y dijo que supone «un comportamiento inaceptable entre aliados y socios», mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, tomó la drástica decisión de retirar a sus embajadores franceses en Washington y Canberra como señal de protesta.

Así, el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, y su homóloga francesa, Florence Parly, no se verán las caras esta semana, tal y como estaba previsto, aunque la puerta parece no estar cerrada del todo, ya que según Peter Ricketts, un exdiplomático británico que ejerció como embajador en Francia y que iba a ser el encargado de presidir las dos jornadas de conversaciones entre ambos, el encuentro fue «pospuesto para una fecha posterior».

Un amor indestructible

El ministro Wallace señaló durante una intervención ante los parlamentarios en la Cámara de los Comunes que no hay «absolutamente ninguna intención de menospreciar, molestar o abrir una brecha entre nosotros y Francia», mientras que, durante un vuelo a Nueva York, donde participará en la Asamblea General de la ONU, el primer ministro británico Boris Johnson salió a la palestra para intentar calmar los ánimos, diciendo que Londres y París tienen «una relación muy amistosa» y de «gran importancia», y añadió que «nuestro amor por Francia es indestructible». El ‘premier’ matizó además que el Aukus, que provocó fuertes reacciones además de en Francia, en otros países de la Unión Europea, no es un acuerdo que pretenda ser excluyente y dio un mensaje de tranquilidad: «No es algo de lo que nadie deba preocuparse y, en particular, nuestros amigos franceses», aseveró.

Esta escalada de tensión supone el primer desafío diplomático en su recién estrenado cargo como ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido para Liz Truss, que la semana pasada asumió en sustitución de Dominic Raab, devaluado tras su pobre gestión de la crisis de Afganistán tras al toma del poder por parte de los talibanes y la posterior evacuación de miles de personas del país asiático. Truss manifestó, en un artículo publicado en el ‘Sunday Telegraph’, que Reino Unido está mirando por la defensa de sus intereses y, en una velada referencia a China, a cuya influencia el Aukus pretende precisamente ponerle freno, remarcó la necesidad de «desafiar las prácticas injustas y los actos malignos». Para China, este trato demuestra que las tres potencias tienen «una mentalidad de Guerra Fría».

«El hecho de que por primera vez en

la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Francia estemos convocando a nuestro embajador para consultas es un acto político serio, que muestra la magnitud de la crisis que existe ahora entre nuestros países», dijo el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian, quien apuntó que no hay «ninguna necesidad» de llamar a su embajador en el Reino Unido, ya que «en todo esto, Gran Bretaña es un poco como la tercera rueda».

Interés nacional

El primer ministro australiano, Scott Morrison, rechazó de plano las acusaciones de que Australia y Estados Unidos le mintieran a Francia, y fue tajante al afirmar: «No me arrepiento de la decisión de anteponer el interés nacional de Australia». Y así, mientras en la prensa francesa se habla de nuevas represalias por parte del Gobierno de Macron, que incluso podrían salpicar a la OTAN, las tres potencias defienden la urgencia de su pacto, que les permitirá además compartir conocimientos en inteligencia artificial y tecnología submarina, en lo que suponen una serie de «profundos cambios estratégicos», en palabras del asesor de seguridad nacional del Reino Unido, Stephen Lovegrove. Así lo expresó también el primer ministro Boris Johnson, quien dijo estar «decidido a defender el derecho internacional».

ABC 2

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2021-09-21T07:00:00.0000000Z

2021-09-21T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282071985041182

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