La dimisión de María Luz Morán Calvo-Sotelo como rectora de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) es ya la ‘crónica de una muerte anunciada’, por su polémica gestión de la institución académica, que ha estado marcada por la fuga de altos cargos y el desplome de la actividad académica y cultural.

Fue designada en el cargo a finales de 2018, cuando se convirtió en la primera mujer en dirigir la UIMP, y presentó su renuncia el pasado viernes –aunque no trascendió hasta este lunes–, mediante una carta dirigida al Patronato de la entidad educativa y al Ministerio del ramo, y alegando «carencia de medios» y «debilidad del apoyo institucional» a su gestión.

Justo lo contrario que defendió hace un mes, cuando ante la oleada de críticas a su labor y las voces que pedían su destitución, fundamentalmente de partidos políticos de la oposición, Morán se vio obligada a convocar una rueda de prensa para rendir cuentas y cortar esos ataques.

Está previsto que este órgano se reúna a principios de la próxima semana, para admitir la renuncia y proponer nuevo rector.

Entre los nombres que se barajan para su relevo suena casi con toda probabilidad el de Carlos Andradas, según distintas fuentes consultadas por este periódico, algunas de ellas conocedoras de la institución y que consideran que el sucesor de Morán tendrá por delante la ingente tarea de reconstruir una institución que bajo su mandato se ha visto reducida a «escombros».