El jueves, cuando el Congreso valide el dictamen de proyecto de ley remitido por el Senado, se habrá cumplido un año y cuatro meses desde que el exministro Uribes aprobara un paquete de ayudas por valor de 76 millones para cubrir al sector cultural por el desplome que les causó el confinamiento. Será Iceta el encargado de concluir la tramitación de una iniciativa que el sector consideró insuficiente y tardía, y la oposición poco dialogada.

Con todos los españoles confinados en casa y unas perspectivas aterradoras para el sector, los grupos parlamentarios accedieron en mayo a validar por la vía de urgencia el real decreto, pero a cambio de tramitarlo como proyecto de ley para introducir en él mejoras. El resultado: dos enmiendas del PSOE y dos del PP tras un debate amputado que se demoró más de un año.

La semana pasada todos los partidos salvo Vox, que se abstuvo, volvieron a dar luz verde al informe de ponencia, pero como se incluyeron una decena de enmiendas del PSOE tiene que volver al Congreso. Este último trámite será el jueves. Previsiblemente la Cámara Baja validará estas enmiendas y tendrá que posicionarse sobre otras 17 que atienden a «reclamaciones históricas» que el PP ha conseguido enviar al Congreso.

Entre ellas, ayudas a los tablaos flamencos, la declaración del libro y la cultura como bienes básicos de primera necesidad o más obra pública para el patrimonio histórico. Lo previsible que es el PSOE, de nuevo, tumbe estas medidas, y en el PP lo achacan a que no se está «tratando a la cultura con consideración». Lo denunció el senador Miguel Lorenzo: «Se está restando un debate sosegado. No discutir las enmiendas va en contra de la democracia». Si los socialistas van a rechazar todas las propuestas de la oposición, dice la portavoz de Cultura, Sol Cruz-Guzmán, que al menos hagan el esfuerzo de explicarlo.