El inicio del curso universitario es una de las épocas, al igual que el final de los exámenes, con mayor número de fiestas y botellones. No resultaría nada especial si no fuera porque el consumo de alcohol en la calle está prohibido desde hace 19 años en la región y porque nos encontramos en una pandemia. De ahí, el escándalo montado en torno el festín del pasado viernes por la noche en terrenos de la Ciudad Universitaria, donde se congregaron 25.000 jóvenes y que dejó 62 metros cúbicos de desperdicios. Los cuerpos policiales se han quejado de que la Universidad Complutense no les avisó con el tiempo suficiente para preparar un dispositivo disuasorio y no pudieron más que ‘pastorear’ a los estudiantes hasta que reabrió el transporte público ya por la mañana del sábado.

Distinta es la actitud que ha tomado la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), con su campus principal en Cantoblanco, al norte de la capital. Según ha podido saber ABC, el gerente de la institución académica, Ernesto Fernández Bofill, ha enviado cartas a la Delegación del Gobierno y a la presidencia del distrito de Fuencarral alertando de que los jueves y viernes de septiembre y octubre se preparan botellones en el campus, como en ocasiones previas a la llegada del coronavirus. Este aviso servirá a la Policía Municipal y al CNP para establecer un dispositivo especial que aborte estas reuniones multitudinarias y evitar lo sucedido en Ciudad Universitaria, explican las fuentes consultadas.

Mientras, la polémica de este fin de semana continúa. Tanto Delegación del Gobierno como Ayuntamiento afirman que recibieron por parte del Rectorado de la Complutense un correo electrónico sobre las 23.35 del viernes informando del botellón, cuando ya había allí 25.000 personas.

La versión de la Complutense

Fuentes de la UCM explican a ABC que «el primer aviso a la Policía Municipal fue a las 14.40 horas; el segundo, a las 19.18 horas; el tercero, a las 22.55, y a las 23.51 se dio aviso a la Policía Nacional». Añaden que cuando se alertó la primera vez apenas había 150 personas bebiendo. «La seguridad privada detectó unas 150 personas e intentó dispersarlas avisando de que cerrarían ese recinto y avisaron a la Policía Municipal», precisan.

Consultada a este respecto, la Policía Municipal explica que cuando les avisaron por la tarde se trataba de un botellón menor en la zona de la explanada del metro de Ciudad Universitaria, y que fue disuelto. «No era el que se montó después junto a la Facultad de Derecho», aclaran. Fuentes de la Policía Nacional –no tiene competencias en la lucha contra el consumo de alcohol en la vía pública– ven también, como sus compañeros locales, imposible preparar un dispositivo óptimo para evitar una masificación como la que se dio esa noche. «No es cuestión de unas horas, sino de haber informado, al menos, el miércoles anterior», dicen cargos del Cuerpo local.

«La UCM ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento, la Comunidad y la Delegación del Gobierno para proponer la creación de un órgano conjunto en el que se adopten medidas coordinadas para mitigar este tipo de acciones a futuro», dice el Rectorado.