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Las lesiones en el fútbol, un misterio al amparo de la ley de privacidad

Los futbolistas se acogen a la ley de protección de datos para que los clubes no detallen sus dolencias

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN MADRID

No informar públicamente para no dar a conocer nada, para no saber nada de nadie. Esconder los puntos débiles. Proteger la valía económica de la alta cualificación y mantener la imagen. Poner en valor. La tendencia se generaliza y el derecho a la intimidad personal, incluida la pública, gana la partida al derecho a la información en el fútbol. La protección de datos personales tiene prioridad sobre la necesidad de conocerlos en el ámbito mediático por ser personajes famosos y populares. La privacidad lo invade todo y se extiende en el mundo, especialmente en el universo profesional. Por eso, el Real Madrid ya no aporta normalmente partes médicos porque son sus futbolistas los que exigen al club que no se informe de sus lesiones en detalle. Es una postura que muchos jugadores de otros equipos también ejecutan.

Una posición que también conviene a las entidades porque dar información de las lesiones resta valor a un futbolista.

Concretar qué dolencias sufre un jugador ofrece demasiada información que puede ser negativa ante cualquier operación de traspaso, por una lesión renuente en el mismo sitio. El orbe del fútbol muta al secretismo en todos los vectores. Gareth Bale exigió este silencio sobre su situación médica hace unos años y hoy en día, baja de nuevo durante dos meses, mantiene esa máxima. La casa blanca no informó de su dolencia, aunque se supo que tenía una importante lesión en una rodilla, confirmada por Ancelotti. El cúmulo de percances soportados en el Real Madrid, veintisiete desde hace ocho años, hizo que el galés se negara a ofrecer datos de sus constantes lesiones porque perjudicaban su imagen, su carrera.

Todo es una nebulosa

El Real Madrid, el Barcelona, el Atlético y otras entidades ofrecen ahora datos someros de las dolencias de sus futbolistas. «Lesión muscular, pendiente de evolución», que es lo mismo que no decir nada. La petición de los futbolistas de tapar sus problemas físicos ha acabado con la información. Ahora todo es una nebulosa, no se sabe a ciencia cierta qué es lo que tiene cada jugador por lo tanto, no se puede calcular cuánto tiempo necesitará para reaparecer. Marcelo, que lleva un mes sin jugar por una «dolencia muscular», también prohibió que se concretara su lesión. Carvajal, que suma dos meses en el dique seco, ha optado también por el silencio oficial, porque el año pasado fue horrible para él y observa que su imagen se dinamita ante tanta explicación de sus recaídas constantes. Se rompió un gemelo y se habló de unas molestias. En ningún momento se conoció el alcance, hasta que su extenso periodo de baja permitió hilar fino. Tampoco ha habido parte médico de Hazard, que la semana pasada sufrió una sobrecarga en los isquiotibiales con Bélgica y su presencia para medirse el día 24 al Barcelona es ahora una incógnita. Ni de Alaba, que preocupaba desde hace unos días por el golpe recibido con la selección austríaca, aunque ayer se ejercitó con la plantilla madridista sin quejarse. El mutismo es un comportamiento que se ha convertido en teny, dencia en el fútbol. El azulgrana Araujo ha acusado un problema en sus isquios durante su convocatoria con Uruguay y será baja en el Barça. Nada más se sabe de él.

No es el único que ha caído en este último parón de selecciones. El rojiblanco Giménez ha alimentado con su estado físico esta visión de desconocimiento que surge del silencio administrativo. Lesionado en el aductor derecho con Uruguay, ayer también se entrenó con normalidad en el Atlético, que no ha emitido parte médico alguno. El objetivo, tras el susto inicial, es enfrentarse al Liverpool. Está por ver si Simeone lo alinea ante el equipo de Klopp.

«El fútbol se ha transformado en un negocio de empresas y mantener la imagen de un futbolista es fundamental, por eso publicar datos concretos de sus lesiones, que son cosas negativas y perjudiciales, no interesa ni al jugador ni a su club, van de la mano en esta postura», señala José Luis Moreno Cela, abogado de Best Empresarial, especializada en asesoramiento. «El profesional del fútbol o de cualquier otro deporte tiene derecho a su protección de datos personales y a pedir a su club, que es la empresa que le paga, que no se publique nada de sus lesiones, una postura que los equipos acogen sin problema».

Especialista en derecho laboral y mercantil, José Luis Moreno responde a una pregunta clave: ¿Qué sucede si el club, la empresa, quisiera publicar y publica los pormenores de las lesiones, aunque el futbolista se niegue desde el primer momento? «En este caso prevalece el derecho del jugador, la protección de datos privados. Y si el club viola ese derecho, el futbolista podrá pedir la rescisión de su contrato por la violación de un derecho fundamental». Nunca ha ocurrido, porque a los equipos tampoco les gusta ver todos los días noticias sobre las lesiones de su plantilla. El resultado de este oscurantismo es que nadie sabe oficialmente lo que le pasa a un jugador y los aficionados no se enteran, pero ese es el objetivo.

José Luis Moreno Cela Abogado

«Jugadores y clubes van de la mano, no les interesan las noticias perjudiciales»

ABC 2

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2021-10-16T07:00:00.0000000Z

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