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Ernesto y Carolina, un matrimonio eterno

Lunes

Dicen que pasa tiempo en Madrid Ernesto de Hannover, y que aquí se ve con Claudia Stianopoulos, hija de Pitita Ridruejo. Es una amistad antigua. Yo, en esta novedad venial, veo que Ernesto es el marido a perpetuidad de Carolina de Mónaco, de la que lleva separado muchos años, pero sin separarse nunca. Carolina y Ernesto fueron muy frecuentadores de España, y hubo suficientes años sucesivos, allá por los inicios del 2000, en los que aterrizaban mucho por aquí, rumbo a la finca Las Golondrinas, o rumbo a la finca Aguas de Verano, ambas en Extremadura, donde practicaban la caza, y sus cócteles. Cuando el matrimonio entró en declive, cundía por ahí que la ruptura podría acreditarse definitivamente si faltaban a la cita otoñal y española de la caza. Pero se separaron por el rito del silencio. Son un matrimonio eterno, que no se ve nunca.

Martes

Leo una entrevista memorable a Jorge Valdano, firmada por Jesús Bengoechea, en La Galerna, una biblia exquisita del madridismo, donde Valdano queda como lo que es: un elegante, con el escudo de Chamartín por dentro. Valdano es una figura pública que esquiva lo público, aunque el fútbol, y hablar de fútbol, es un modo de estar ahí, siempre en medio del cogollo. Jorge Valdano es famoso porque ha dado la vuelta al mundo del fútbol, desde el oficio de entrenador o manager, hasta el empleo de futbolista. Desde hace años, ejerce con elocuencia de poeta entre peloteros, cumpliendo de estilista a contracorriente, ahí donde sólo hay charlatanes del gol y chicos que no han leído mucho más que los propios tatuajes tribales y acaso los del rival, cuando se quita la camiseta sudada. Naturalmente, estamos hablando de un elegante, que practica la lentitud como lámina, y ni siquiera se sobresalta cuando hace un regate imposible Leo Messi. Los elegantes no se dan en el fútbol, pero a veces sí, y ahí está Valdano, que alterna la sabiduría de balón con la alegría de diccionario. Ha creado una escuela que sólo le tiene a él por claro discípulo. Su magisterio de elegante no es adornar de bufanda el sobrio traje de tío alto, sino lucir la alhaja exacta del adjetivo, que nunca se ve, pero se nota siempre. En épocas remotas, y bajo disparate de chisme urgente, le reinventaron como pareja de alguna reina de las portadas, y aquel infundio nos sirvió para entreverle, siquiera un momento, como pareja imaginaria, eso sí, de cualquier maravillosa, madura o no, de las portadas de famosas. Quiero decir con todo esto que Valdano mola, y es un dandi. Se le nota mucho hasta cuando se calla. Sobre todo, si se calla. En Marta, su mujer, conoció un amor para toda la vida, Tienen dos hijos, Jorge y Naiara. Logró una Copa del Mundo, como jugador, en el mismo equipo de Maradona, y en el Real Madrid ha ganado la Liga como futbolista y como entrenador. Acaso es el mejor tertuliano de España, sólo que a él sólo le gusta ir a los foros del fútbol. La elegancia de Jorge Valdano empieza por leer a Borges en los vestuarios y acaba por citar a Baudelaire para adornar a Raúl, por ejemplo: «No se puede ser sublime sin interrupción».

Miércoles

Un documental, en la tele, sobre Manuel Díaz acredita que no sólo se lleva bien con su ex, Vicky Martín Berrocal, sino que ésta se lleva bien con la mujer actual del torero, Virginia Troconis.

Lo dicen ellas mismas, de modo que amén. Qué amables y sensibles y modernas gentes. Manuel Díaz, ya era la alegría de la huerta cuando se casó con Vicky. Tuvieron descendencia, y luego se separaron por lo civilizado, para cabreo de las cotillas de barrio y desesperación de los largones de la telerrosa, que suelen preferir que las parejas se abran el cráneo con las cacerolas del ajuar. No ha habido maneras de sacarle, ni a ella ni a Manuel, una palabra más alta que otra, a propósito de todo lo suyo, y sólo ha faltado que invitaran a champán a los periodistas que a veces seguían a la pareja hasta la cocina de los restaurantes, unos restaurantes donde quedaban en rara armonía para contarse lo bien que marchaba la vida a cada uno, ya por separado. Es esto insólito en un país de bordes en el que el amor acaba en los juzgados, y el hijo, o los hijos, como hatillo de tirarse las maquinarias a la cabeza, domingo sí y domingo también.

Jueves

El propio Bosé anuncia su serie biográfica, que se rodará el año próximo. Hasta aquí la buena noticia. La no tan buena: el proyecto se abrevia de capítulos.

Viernes

Ha colgado en su Instagram Tamara Gorro que se va a tomar unas vacaciones. Pero unas vacaciones del propio Instagram. Literalmente, ha colgado esto: «Permitidme un descanso, familia virtual. Os amo». Yo no sé si estas cosas son una decisión para mucho tiempo, o acaso poco, o ninguno. En todo caso, son una noticia de despedida, aunque el regreso pudiera suceder, quizá, en el tiempo que media entre la escritura de estos párrafos, y su lectura. Tamara es instagramer de mucho tirón. Tuvo sus largas temporadas en la tele, y echó a caminar un noviazgo con el futbolista

Ezequiel Garay, su pareja pletórica, hoy mismo. La conocimos cuando salió Miss Segovia, allá por el 2008, mientras ella se iba pensando lo que todo el mundo veía claro: servía para el negocio de la imagen, zona chicas cañón.

GENTE

es-es

2021-10-16T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282626035871960

Vocento