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De nazis, etarras y otras hienas

En el Congreso aún se dictan lecciones de verdadera ‘Memoria Democrática’, esa que debería impedir homenajes a todos los asesinos, pero a todos

ÁLVARO MARTÍNEZ

En Galdácano se recibió como un héroe al etarra que con una bomba descuartizó al pequeño Fabio Moreno

Como viene insistiendo este batallón, el siglo XXI le está sentando francamente mal al planeta Tierra. Comenzó el nuevo milenio dando la vuelta a todas las certidumbres que, buenas o malas, teníamos, hasta tal punto que a principios de siglo el mejor golfista era negro (Tiger Woods), el mejor rapero era blanco (Eminem) y Francia renunciaba por fin a meterse en una guerra (la de Irak). Así que en solo dos décadas hemos llegado a esta casa de locos en la que, sin embargo, aún se abre algún portillo a la esperanza que nos indica que quizás no todo esté perdido. Esta semana un multimillonario ha convidado a darse un paseo real por el espacio a un actor de 90 años que lleva más de cinco décadas recorriendo galaxias de mentira, en la televisión y en el cine, en el papel de capitán Kirk a bordo de la nave Enterprise de ‘Star Trek’. Tan sorprendente y gratificante ha sido ese paseíto como la que quizá sea la más notable intervención de un diputado en este curso político del Congreso y que, insulto va insulto viene, ‘y tú más’ va ‘y tú más’ viene, camiseta va camiseta viene, casi ha pasado desapercibida. La hizo anteayer el diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz en el debate de la ley de Memoria Democrática y resultó tan didáctica como emocionante al desguazar sin piedad el presunto propósito reparador de la justicia y de lucha contra los totalitarismo que dice perseguir la nueva norma. Planteaba Gómez que cómo es compatible que se persiga –con toda razón, insistía–, el enaltecimiento del bombardeo de Guernica en la Guerra Civil y solo este último año se hayan permitido centenares de homenajes a etarras que regresaban a su pueblo tras cumplir condena. Hablamos de criminales en serie, de asesinos de niños, mujeres y hombres a los que se pretende convertir en héroes. ¿Cabe mayor vileza por parte de ‘los malos’? ¿Y cabe mayor cobardía y pusilanimidad por parte de ‘los buenos’?

Ilustró Díaz su discurso con una foto de Paco y de Carmen, niños fallecidos en la matanza de Guernica, y con otra de Fabio Moreno, de solo dos años, descuartizado por una bomba etarra y al que su padre tuvo que sacar del coche literal y estremecedoramente en pedazos. Y se preguntó si no era tan inconcebible que se homenajee a Hugo Sperrle, el nazi responsable de la Legión Cóndor, como a Javier Martínez Izaguirre, condenado por matar, entre otros, al pequeño Fabio y que fue recibido en su día como un héroe en Galdácano, donde el cura del pueblo hizo repicar las campanas como si fueran de gloria, se le hizo un pasillo ‘de honor’ con ikurriñas y antorchas y se lanzó todo tipo de cohetería de júbilo. Tiempo después de aquella infamia, el Ayuntamiento de Galdácano cedía su Casa de la Cultura para que el etarra Bienzobas mostrase su obra pictórica, una birria sin matices. La otra ‘obra’ del pistolero, en la que más se esmeró, es bien conocida: liquidar a tiros a Francisco Tomas y Valiente y a un empleado de Iberduero, Rafael San Sebastián, además de intentar volar un microbús militar con once personas dentro.

Por eso el discurso del diputado Díaz en el Congreso fue tan relevante y a la vez revelador de una triste realidad: que a este paso quizá haya que esperar al año 2.233, la fecha en que nació ese capitán Kirk de ‘Star Trek’, para que en España no se consientan más homenajes a los asesinos, a todos los asesinos.

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2021-10-16T07:00:00.0000000Z

2021-10-16T07:00:00.0000000Z

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