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Fanfarria para una canciller en retirada

La última vez que la Bundeswehr despidió con honores a un canciller fue en 2005. Muchos alemanes, criados en las faldas de Angela Merkel, ni siquiera habían nacido. Quienes presenciaron aquella ceremonia militar, entre antorchas, tradición y marcialidad, aún recuerdan las lágrimas de Gerhard Schröder cuando la banda interpretó ‘My Way’. También a Merkel se le empañaron ayer los ojos, sin llegar al llanto. Maestra del pacto y la negociación, la todavía canciller animó a los alemanes «a ver el mundo a través de los ojos del otro, y a percibir las perspectivas a veces incómodas y contradictorias de la otra persona». La fanfarria de anoche, el mayor homenaje que las Fuerzas Armadas alemanas pueden rendir a un civil, incluyó las tres canciones elegidas por Merkel para su adiós: una pieza religiosa, marca de la casa y de la fe que profesa la canciller; una otoñal balada de Hildegard Knef cuya letra habla de ambición e inconformismo, y un viejo éxito de Nina Hagen, cabaretera del punk. Ecos del pasado, y del ‘No future’ del punk.

OPINIÓN

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2021-12-03T08:00:00.0000000Z

2021-12-03T08:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281724092833762

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