Los cuellos de botella producidos en la cadena de suministros tendrán un impacto notable sobre la economía. Así lo estima el Banco de España, que publicó ayer un informe en el que destacaba que el desabastecimiento restará entre dos y tres décimas al PIB este año y entre cinco y nueve décimas al de 2022. Un impacto que se traduce, en el peor de los escenarios, en 1,2 puntos menos o, lo que es lo mismo, una pérdida de casi 13.500 millones para España en el conjunto de los dos ejercicios.

El supervisor, que no había cifrado hasta ahora el impacto en la economía de la escasez de suministros, destaca en el documento que este fenómeno está afectando «de forma muy heterogénea a las distintas ramas de la actividad», siendo el sector del automóvil –«donde muchos fabricantes se han visto obligados a paralizar o recortar sus planes de producción»– uno de los más afectados por este colapso.

En la fabricación de coches, la «magnitud de la perturbación se define como la diferencia entre las previsiones medias de producción global de vehículos para 2021 y 2022» que IHS Markit efectuó en el primer semestre de 2021 en comparación con las realizadas en octubre de 2021. La diferencia entre un cálculo y el otro, tal y como recoge el Banco de España, es de aproximadamente un -9% para el segundo semestre de 2021 y de un -7% en 2022. La alta exposición de España a este sector, que tiene un peso cercano al 10% del PIB, le hace especialmente sensible a este parón y, según el propio organismo, explica el alto impacto del desabastecimiento en el recorte de la economía española.

El Banco de España recuerda además que las «tensiones» del mercado energético y la escasez de materias primas también han repercutido negativamente en otros segmentos industriales. Tal y como ha publicado este periódico, España está perdiendo músculo industrial por la ola inflacionista, y los parones son una constante en este sector de alto valor añadido para la economía. Esto ha restado peso en el PIB a una actividad que ya languidecía antes de la pandemia del coronavirus.

La institución reconoce que en el resto de ramas de la industria no existen indicadores tan detallados sobre la producción como en el del automóvil. Pero aun así calcula que «un incremento de 1 punto porcentual (pp) en el indicador de escasez de material y/o equipo en uno de estos sectores se traduce en una caída de su producción de aproximadamente 2,3 puntos tras tres o cuatro trimestres».

«Por lo tanto, en el contexto actual ello implica unos ‘shocks’ globales negativos a la actividad de estos sectores que varían entre un 5% y un 6% respecto a la producción proyectada en ausencia de perturbaciones», según la institución. La previsión es que este colapso industrial –donde destacan los problemas de las fábricas de caucho y plásticos, papel, material y equipo eléctrico, informática, y productos metálicos– se extienda al resto de la economía por el «efecto arrastre» entre sectores y por la globalización.

¿Cuánto durará la carestía de materiales? Algunos expertos aseguraban que los cuellos de botella ya estaban remitiendo. Pero el Banco de España advierte de que el problema tendrá una duración mayor de la inicialmente prevista. Según el documento publicado ayer, la escasez de determinados productos se mantendrá durante los tres primeros trimestres de 2022. De ahí que el año que viene su impacto en la economía sea mucho más relevante.