MADRID

Vuelta a la casilla de salida. Pese a que en los últimos días las posiciones se habían acercado, los transportistas y el Gobierno celebraron ayer una nueva reunión que se cerró sin acuerdo. Y no solo eso, sino que el gremio ha perdido la paciencia y amenaza ahora con convertir la huelga prevista para los días 20, 21 y 22 de diciembre en indefinida si no se producen avances.

Todo ello pese a que la cumbre de ayer, en la que participó la número dos del Ministerio de Transportes, Isabel Pardo de Vera, se vislumbraba con optimismo en el sector. Los transportistas esperaban ampliar la propuesta planteada por el Ejecutivo en los últimos días al sector, que fue rechazada el miércoles por el pleno del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC).

No fue así. El Gobierno no movió un ápice de su oferta, lo que encendió a sus interlocutores. El presidente del CNTC, Carmelo González Sayas, explicó a los representantes del ministerio que su propuesta era más restrictiva que la realizada por el anterior secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, el pasado 23 de julio.

En concreto, tal y como explicó el CNTC en un comunicado, no se da respuesta «adecuada» a cuestiones como la prohibición de la participación del conductor en las operaciones de carga y descarga, la reducción de tiempos de espera, la aplicación de la cláusula de revisión del precio del gasóleo, la devolución de los importes atrasados del céntimo sanitario y la no aplicación de la Euroviñeta. Puntos todos ellos reivindicados desde hace años por el gremio.

«El CNTC percibe falta de voluntad de llegar a un acuerdo por parte del Gobierno, por lo que le ha invitado a realizar una nueva propuesta que, caso de no estimarse suficiente, puede suponer un endurecimiento de las condiciones del paro, que podría convertirse en indefinido», advirtió ayer la organización. Mientras, la secretaria general de Transportes, María José Rallo, defendió ayer que todavía «hay margen» para negociar. Subida del diésel

Además de los problemas que vive el sector en España, los transportistas también siguen de cerca la decisión de Bruselas sobre el gasóleo profesional, ya que la Comisión Europea quiere aprobar una nueva directiva para suprimir las exenciones que ofrece. En el sector confían en que el Gobierno votará en contra de esta directiva, lo que impediría su aplicación. Pero esa estrategia choca con la transición ecológica trazada por el Ejecutivo.

G. GINÉS