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Sevilla desvela a Valdés Leal como gran dramaturgo del arte barroco

►El Museo de Bellas Artes celebra su IV centenario y supera su imagen de «pintor de la muerte» por las vanitas ►Unas noventa obras, de la pintura al dibujo, redescubren su interés por la acción dramática y lo arquitectónico

JESÚS MORILLO SEVILLA

La asociación de Juan de Valdés Leal con el Hospital de la Caridad de Sevilla, plasmada en dos obras maestras del Barroco como son las ‘Postrimerías’, ha hecho recaer desde el siglo XIX sobre el artista el sambenito de «pintor de los muertos». Una etiqueta que está dispuesta a desterrar la exposición ‘Valdés Leal (1622-1690)’ que inauguró ayer la consejera de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y que lo redescubre como el gran dramaturgo de la pintura barroca, en composiciones concebidas teatralmente, de gran dinamismo escénico y muy pendientes de lo arquitectónico, extremo este último inédito hasta en la escuela sevillana.

Porque la muestra que la pinacoteca le dedica por el cuarto centenario de su nacimiento presenta, en cambio, la gran versatilidad de la obra de Valdés Leal, con paradas que van del dibujo y el grabado a la pintura de gran formato y la escultura, que lo revelan como un «pintor capital y un extraordinario dibujante, un creador profuso sin fronteras técnicas y con un estilo personal y en renovación permanente», señaló la directora del museo Valme Muñoz, comisaria de esta exposición junto a los conservadores Ignacio Cano e Ignacio Hermoso.

Un artista, subrayó Muñoz, que frente al genio de Murillo y el peso de su estética en la escuela barroca sevillana, lo «impulsó a recorrer sendas expresivas alternativas al tiempo que afianzaba su propia personalidad».

Esta redefinición de la figura del pintor sevillano, realizada a la luz de las últimas investigaciones científicas, se concreta en las 88 piezas seleccionadas, 65 de ellas préstamos de colecciones nacionales e internacionales y 23 del propio museo. Entre las primeras, destacan obras provenientes de la National Gallery londinense, el Museo del Prado, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, la Hamburger Kunsthalle, la catedral de Sevilla y el Hospital de la Caridad.

Movimiento y expresividad

Estas piezas se distribuyen en tres secciones temáticas, entre las que resulta especialmente significativa, por lo que aporta sobre el estilo de Valdés Leal, la primera de ellas centrada en la pintura y titulada ‘El pintor de la imaginería’.

Estas obras, como explicó Ignacio Cano, permiten ver la consolidación de la madurez pictórica de Valdés Leal, artista con un estilo deudor en sus inicios del primer Velázquez y Antonio del Castillo, pero que evolucionará hacia un estilo más teatral y arquitectónico después de una visita que realizará entre 1655 y 1656 a Madrid, durante la cual tendrá acceso al trabajo de Francisco de Herrera el Mozo y los hermanos Rizi.

Tras asimilar estas influencias, el pintor sevillano comienza –señala este especialista– a desarrollar un estilo marcado por «la expresividad del movimiento, a la búsqueda de la acción, la expresión y el gesto» propios de la cultura teatral, de la que toma también el interés por presentar una escenografía, lo que le lleva al componente arquitectónico y a profundizar en la perspectiva.

Buen ejemplo de este estilo sería el óleo ‘El sacrificio de Isaac’, que se expone proveniente de una colección particular, que muestra un avance en el «barroquismo en una composición construida en equis y que define un camino diferente a Murillo». Ese contraste se puede apreciar durante el recorrido al contraponer el lienzo ‘In

maculada Concepción con dos donantes’, de la National Gallery, con la ‘Inmaculada Colosal’ de Murillo situada tan solo unos pasos más allá.

La sección se completa con todo un apartado dedicado a la Caridad, corporación a la que estuvo muy vinculado el artista que este especialista calificó como «portavoz pictórico» de la religiosidad de Miguel de Mañara, hermano mayor y principal promotor del hospital para pobres sevillano. En la muestra cuelga una de sus obras emblemáticas, ‘Finis Gloriae Mundi’, junto a otra vanitas que evidencia, por los libros que recoge, la amplia formación intelectual que tenía el artista.

Un gran dibujante

La segunda sección, ‘El genio creador’, se detiene en su proceso creativo, mostrando los trabajos que realiza para la catedral de Sevilla por la canonización de san Fernando. Aquí se puede apreciar su maestría en el dibujo —«se consideraba un gran dibujante», señala el conservador— en una selección de una quincena entre la que sobresale el único autorretrato del artista que se conserva en la Biblioteca Nacional y ‘La visión de San Antonio’, en negro y sanguina proveniente de la Hamburger Kunsthalle.

El recorrido concluye con algunas de las series que realizó Valdés Leal con destino a conventos y órdenes religiosas para decorar altares y retablos, como los realizados para la Casa Profesa de la Compañía de Jesús y el monasterio de San Jerónimo. De esta última se incluye ‘San Jerónimo disputando con los doctores’, un cuadro que salió de España cuando la desamortización y que, tras regresar a una colección particular, se expone por primera vez.

No es el único ejemplo, ya que también se muestran por vez primera también una ‘Predicación de San Juan Bautista’, perteneciente a la Diócesis de Cádiz y Ceuta, y un ‘Cristo yacente’ recientemente atribuido al artista que se conserva en la iglesia de Santa Cruz de Sevilla.

CULTURA

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2021-12-03T08:00:00.0000000Z

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