DE ‘Tríbada’, Miguel Espinosa aseguraba que no era «la historia de dos mujeres lesbianas, asunto insignificante y trivial, ingenuo, sino la historia que procesa una pasión desde el fondo último de la realidad». Pero yendo a lo pedestre, ahí está la historia de la novia/amante que lo dejó para irse con otra mujer. El hijo de Espinosa escribió: «Los sucesos que inspiraron ‘Tríbada’… Él quedó tan afectado, que se los quería contar a mi madre. “¿A mí –dijo ella– no me cuentes nada!”». Me imagino a la pobre como a Mónica Molina en ‘Así en el cielo como en la tierra’ diciéndole al arcángel Quique San Francisco que a ella no le anunciara nada. Un amigo mío decía que a Miguel Espinosa la novia lo dejó para irse con una que fumaba Ducados. Tiene gracia ese estereotipo de tiarrona porque el mismo escritor empezó fumando Chester, Camel o Winston para pasarse a los Habanos y los Ducados. Estaría toda la vida hablando del gran Miguel Espinosa, pero iba a otra cosa, a una memez, claro. Me he acordado de los Ducados por el mejor texto necrológico que he leído sobre Almudena Grandes. El de Teresa Rodríguez en Twitter: «Almudena Grandes veraneaba en mi pueblo. Cuando yo tenía 15 años la veía por la calle y me parecía una diosa. Recuerdo que empecé a fumar Ducados para parecerme a ella, para tener su voz. Me hubiera gustado decírselo alguna vez, que yo quería ser como ella». Qué ternura la de la roteña. Y había que ver las respuestas riéndose de ella. «En mi pueblo veraneaba Oriol Junqueras… Recuerdo que empecé a torcer un ojo para parecerme a él...». Y así todo.

A mí también me gustan las voces recias de mujer. La de Lola Gaos, la de Mercedes McCambridge (por eso hizo del demonio en ‘El exorcista’), la de Suzanne Pleshette... Me encantaba escuchar en las mañanas de la Ser a Juan Cruz y a Isabel Estapé porque no sabía nunca quién era un hombre y quién una mujer.

Lo del Ducados de Rodríguez y que Kiko Matamoros era primo hermano de Almudena Grandes es lo que más me ha sorprendido de todo lo que he leído. El resto, lo bueno, lo malo y lo repugnante, me lo esperaba.