Que me quiten lo bailao
Ni la gasolina por las nubes, ni el IPC algo más allá, ni la creciente séptima ola de contagios por el Covid, ni las huelgas aeroportuarias... Nada evitó las tradicionales escenas de los atascos en las vías de salida de las grandes ciudades ni el bullicio nervioso de las colas en los aeropuertos. El comienzo oficial de las vacaciones veraniegas se atuvo a los cánones que marca la fecha, con esos cáculos millonarios (ayer, 4,5) de desplazamientos en la primera fase de la operación salida y las huelgas que la ‘lucha sindical’ siempre hace coincidir con los momentos de más ajetreo en los aeropuertos. Los paros convocados en EasyJet y Ryanair provocaron, por ejemplo, más de dos centenares de vuelos retrasados y una decena de cancelaciones. Son esos otros ‘rigores del verano’ que los ciudadanos no temen pasar aunque el contexto económico y socio-sanitario no acompañe mucho. Es el nuevo triunfo del sempiterno ‘que me quiten lo bailao’ o ‘ahí me las den todas’ pero a mí no hay quien me quite las vacaciones.
OPINIÓN
es-es
2022-07-02T07:00:00.0000000Z
2022-07-02T07:00:00.0000000Z
https://lectura.kioskoymas.com/article/281689733507394
Vocento