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Hallan una fosa común en Mariúpol el mismo día en que Moscú mata a 20 civiles en Odesa

►El ataque contra la ciudad se produjo un día después de que los rusos fueran expulsados de la isla de las Serpientes ►Kiev denuncia el hallazgo de otra fosa común con más de cien cadáveres en la arrasada ciudad de Mariúpol

RAFAEL MAÑUECO CORRESPONSAL EN MOSCÚ

Justo al día siguiente de que las tropas rusas tuvieran que retirarse de la isla de las Serpientes, de importancia capital para la defensa del litoral ucraniano en el mar Negro, la aviación rusa ha querido mostrar que sigue teniendo a tiro Odesa, el principal puerto todavía bajo control de Kiev. El jueves por la noche, bombarderos rusos lanzaron tres misiles contra Odessa y el poblado de Sergueevka, en las afueras, con un balance provisional de 21 civiles muertos, entre ellos dos niños, y 38 heridos, seis menores ingresados y uno en estado grave, según la Fiscalía del distrito.

Uno de los cohetes destruyó parcialmente un edificio residencial de nueve pisos, los otros dos alcanzaron sendos centros de vacaciones. Según el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania (GSChS), «cuatro niños y una mujer embarazada se encontraban entre los heridos y ocho personas, incluidos tres niños, fueron rescatadas de debajo de los escombros».

El mando operativo Sur del Ejército ucraniano informó que «como resultado de un ataque nocturno con misiles desde aviones estratégicos Tu-22 sobrevolando el espacio aéreo del mar Negro, tres misiles Kh-22 (X-22) –los mismos que fueron utilizados el lunes contra el centro comercial de Kremenchuk– impactaron en un edificio de apartamentos y dos centros de descanso en el distrito Bélgorod-Dnestrovski de la región de Odesa», señala el informe. El jefe de la oficina de la Presidencia de Ucrania, Andréi Yermak, también se hizo eco del ataque a través de su cuenta de Telegram asegurando que «un país terrorista está matando a nuestra gente».

Se trata del segundo ataque a la región de Odesa en menos de un día. El jueves por la tarde, el jefe de la administración militar regional de Odesa, Maxim Marchenko, dio cuenta de disparos de cohetes en el territorio de la región, pero, según él, «sin víctimas ni destrucción significativa». También el jueves, después de otro intenso bombardeo por parte de las fuerzas ucranianas contra la isla de las Serpientes, que se encuentra a varias decenas de kilómetros de Odesa, las tropas rusas tuvieron que abandonarla. El Ministerio de Defensa ruso lo presentó como un «gesto de buena voluntad».

La isla de las Serpientes

«Los invasores no pueden ganar en el campo de batalla y recurren a cobardes asesinatos de civiles. Después de que el enemigo fuera expulsado de la isla de las Serpientes, decide bombardear viviendas y centros de descanso como si fueran bases militares», declaró a medios ucranianos Iván Bakánov, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). A su juicio, «el objetivo de la Federación Rusa es la destrucción literal de Ucrania y nuestros ciudadanos».

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, por su parte, salió ayer al paso de las informaciones sobre lo sucedido en Odesa asegurando que «las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa no intervienen contra objetivos civiles». «Quiero recordarles una vez más las palabras del presidente y comandante en jefe de Rusia en cuanto a que el Ejército ruso durante la operación militar especial –en Ucrania– no trabaja sobre objetivos civiles e infraestructuras civiles», manifestó Peskov a los periodistas. Pese a los numerosos testimonios de organizaciones humanitarias y de derechos humanos internacionales, las autoridades rusas continúan negando que los civiles estén siendo víctimas de los ataques del Ejército ruso. Contrariamente a estas evidencias, reconocidas incluso por la ONU, el Kremlin llama a tales informes «falsificaciones y provocaciones».

Mientras tanto, las autoridades ucranianas denunciaban el hallazgo de otra fosa común con más de cien cadáveres en la ciudad portuaria de Mariúpol, en la región ucraniana de Donetsk. El enterramiento se encuentra en el núme

ro 53 de la calle Kiévskaya cubierto de escombros, lo que indicaría que los cuerpos fueron primero inhumados en algún momento en el patio del edificio y después los bombardeos debieron destruir el propio inmueble.

Ante el devastador asedio de las tropas rusas, hasta ser ocupada completamente, los habitantes de la ciudad se vieron obligados a enterrar a los muertos en los patios de las casas, en parques o en cualquier lugar a mano. Según el teniente de alcalde de Mariúpol en declaraciones en su cuenta de Telegram, Petro Andriushenko, los cuerpos hallados ayer estaban allí desde finales de febrero.

Tumbas callejeras

«Los ocupantes están levantando los escombros cercanos, pero no se habla de volver a enterrarlos. De hecho, la gente sigue viviendo en sótanos. La exhumación se detuvo», dijo Andriushenko. Según sus palabras, «las autoridades de ocupación estaban tan obsesionadas con la creación de una imagen de la reconstrucción de la ciudad que han decidido no volver a enterrarlos», «Las tumbas callejeras temporales se están convirtiendo gradualmente en permanentes», señaló el responsable municipal.

La primera fosa común encontrada en el área, con varios miles de cuerpos, fue en abril gracias a las imágenes obtenidas por satélite, en el pueblo de Mangush, situado a 20 kilómetros de Mariúpol. Se calcula que podría haber en ella entre 3.000 y 9.000 cadáveres. Después se han ido hallando otras muchas fosas por toda la ciudad y alrededores.

ABC 2

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2022-07-02T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/281990381218114

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