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Cristina de Middel, una española para relajar «el tono dramático del mundo» desde Magnum

► La alicantina, nueva presidenta de la mítica agencia fundada justo hace 75 años por Capa y Cartier-Bresson

JAVIER DÍAZ-GUARDIOLA MADRID

No ha sido la asamblea celebrada por los miembros de la agencia Magnum el pasado fin de semana en Nueva York una más, sino que conmemoraba su 75 aniversario, desde que fuera fundada en un almuerzo mítico en el MoMA por autores tan consagrados de la disciplina como Robert Capa o Henri CartierBresson. En ella se daba además a conocer el nombramiento de Cristina de Middel (1975) como presidenta –primer español en asumir el cargo– que también se incorporaba como miembro.

Firme ha sido el paso de De Middel en una agencia que nació con el fin de salvaguardar los derechos de los fotógrafos, en el que ella recaló hace cinco años con un padrino de excepción como Martin Parr. La alicantina, que nos atiende al teléfono desde Los Ángeles, recuperándose del Covid («esa es la razón por la que en las fotos de la asamblea salgo con mascarilla y en segundo plano», confiesa con su sentido del humor), toma el relevo de Olivia Arthur, a la que le ha tocado lidiar en ese puesto con los años más duros de la pandemia.

«No es algo que me barruntara –explica– y ha sido una sorpresa. De hecho, este año ni siquiera era miembro: hacía mi ponencia para serlo. Pero sí que ha sido como cuando encajan las piezas en un puzle, algo que nadie esperaba pero que al final le funciona a todos. Ha salido de una forma bastante natural».

Sin oposición

No ha sido por tanto y en absoluto, como ella dice, «un golpe de Estado»: «Olivia consideraba que ya le tocaba dedicarse a otra cosa. Tampoco había muchos candidatos, de forma que se inició una conversación en la que se planteó que yo podría ser la mejor opción, a lo que nadie se opuso». En su opinión, lo que tocaba ahora era «apostar por una figura cohesionadora, que no fuera muy estridente y que generara cierta armonía dentro del grupo». Ella confía, en ese sentido, encajar bien en el papel. Tiene un año, mínimo, para demostrarlo.

¿Y que va a significar la entrada de esta fotógrafa tan singular, Premio Nacional en España 2017? «Me gustaría darte respuestas, pero no lo sé. Tampoco sé qué significaba ser miembro. Estoy aprendiendo y ahora afronto tres o cuatro meses de transición en los que la presidenta saliente me explicará cómo funciona todo para saber qué se espera de mí». Pero además, todo esto coincide –y esta es una de las razones que le animaron a aceptar– con una reestructuración del organigrama de la agencia, de forma que el presidente no es ya un cargo superior, en la cima. «Se ha generado un equipo más amplio y se ha determinado que cada fotógrafo tenga la puerta abierta para participar y decidir, de forma que se diluye la toma de decisiones. Mi cometido es llevar el timón tanto desde el punto de vista comercial como estratégico, desarrollando dinámicas entre los fotógrafos. Ahora bien, yo soy la que sostiene ese timón pero no tengo la responsabilidad última de las decisiones», sentencia.

Uno de los problemas de todos los presidentes anteriores es el haber tenido que paralizar sus trabajos para dedicarse a la gestión. En el caso de De Middel, eso supondría interrumpir la trayectoria de una dibujanta que comenzó como fotoperiodista y que acabó escaldada con la profesión, por lo que cruzó a la línea del arte y que dio el pelotazo con su fotolibro ‘Los afronautas’, en el que comenzó a jugar con los límites entre realidad y ficción que tanto la han definido. «Eso no puede seguir sucediendo –expresa firmemente–. Por eso esta ha sido una reunión anual muy interesante, y soy optimista porque hay ganas por parte de los miembros de conseguir que todo sea más llevadero».

Para de Middel, sus nuevos retos pasan por «los de cualquier ciudadano, empresa o agencia de noticias en una sociedad pos-Covid: ser consciente de las posibles nuevas pandemias, ya sean con virus o desde cualquier otra realidad». «Lo que tenemos que hacer es concentrarnos en seguir unidos, seguir pensando en fotografía y determinar cómo navegar en las aguas del mercado fotográfico para lograr que sus agentes trabajen, que es, en realidad, la misión histórica de Magnum. Espero poder contribuir a eso; no se me dará mal, porque es lo que he hecho toda mi vida».

Es inevitable preguntarle si podrá seguir divirtiéndose con la foto desde su nueva atalaya, tan destacada: «¡Espero que así sea! Hazme la pregunta dentro de un año. De todas formas, los miembros que me han elegido saben perfectamente quién soy, cómo soy, mi manera de abordar las cosas. Creo que incluso se me ha elegido por eso, para relajar el tono solemne, dramático y apocalíptico en el que estamos metidos desde hace dos años, lo que no significa tomarse las cosas a la ligera, sino navegarlo de manera menos catastrófica».

Así lo demostró con su Carta Blanca como comisaria para PHotoEspaña en 2018, y lo hará en breve cuando presente las conclusiones de la serie en la que lleva trabajando siete años sobre los clientes de la prostitución, que es lo que la retiene en Los Ángeles, donde desarrolla su último capítulo, que se mostrará en septiembre en su Centro Internacional de Fotografía antes de recalar en Berlín, con motivo de un ciclo de actos que precisamente conmemoran los 75 años de la agencia: «Este es un año redondo. Es todo muy simbólico. Ya veremos. Yo me considero preparada para intentarlo».

Su reto es el de «cualquier ciudadano, empresa o agencia hoy: ser consciente de las posibles ‘nuevas pandemias’»

«Divertirse con lo que haces no significa no tomárselo en serio, sino navegarlo de manera menos catastrófica»

CULTURA

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2022-07-02T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282235194353986

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