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En ocho meses o en cuatro años, nacionalizar deportistas en España no tiene un criterio claro

►Las desiguales varas para hacer español a un deportista: Jordan Díaz recibió su pasaporte en ocho meses; Mohamed Katir tuvo que esperar hasta cuatro años

JAVIER ASPRÓN MADRID

Mohamed Katir Atleta

«Gané cuatro años seguidos el Nacional, pero no me daban la medalla, me sentía fatal»

Raúl Chapado Pte. Federación de atletismo

«Hay muchos atletas en ese proceso, pero es una cosa ministerial y los plazos son los plazos»

Mohamed Katir (24) tiene ese punto de valentía inconsciente que le hace no callarse nada. El pasado fin de semana, nada más conseguir su primera medalla de oro oficial en un Campeonato de España al ganar los 5.000 metros, el atleta aprovechó la presencia de las cámaras para denunciar de nuevo el largo proceso que debió encarar hasta conseguir su nacionalización. Katir, nacido en la ciudad marroquí de Alcazarquivir, llegó de niño al pueblo murciano de Mula, donde inició una prolífica carrera en el atletismo. «Creo que soy el primer atleta que lleva ganando ‘crosses’ desde juveniles hasta promesas. Gané cuatro años seguidos el campeonato nacional pero no me daban la medalla. Llegaba a mi casa y me daba la enhorabuena mi padre por haber ganado, pero no me daban la medalla y me sentía fatal. Me quedaba horas llorando», explicó aún con la adrenalina a tope.

Katir pidió en 2015, a los 17 años, la llamada nacionalidad exprés, que se concede por carta de naturaleza, pero su solicitud se quedó en un cajón. Mientras seguía ganando carreras en España sin poder subir al podio, inició también los trámites para solicitar la nacionalidad por residencia, un proceso mucho más lento en el que la mayoría de peticiones se topan con la inmensidad de la burocracia. Se la concedieron por este segundo método a finales de 2019, cuatro años después. «Sinceramente, aquello me dejó tocado», termina el actual plusmarquista nacional de 1.500, 3.000 y 5.000 metros, todos ellos conseguidos en 2021, el primer año que pudo competir como español después del parón obligado por la pandemia. La situación de Katir es habitual, según confirma él mismo. «Hay muchos atletas que están pasando lo que pasé yo hace cuatro años, son muy buenos pero no tienen la nacionalidad y no pueden estar en los grandes campeonatos», y contrasta con la rapidez con la que se otorga el pasaporte español a otros.

El caso más reciente en el atletismo es el de Jordan Díaz, la gran promesa del triple salto y nuevo plusmarquista nacional con 17,87 metros. Díaz se escapó de una concentración de la selección cubana en Valencia, el pasado mes de junio de 2021. Contactó con Ana Peleteiro y con el grupo que entrena Iván Pedroso en Guadalajara. A partir de ahí se iniciaron los trámites de su nacionalización, que se hizo efectiva en el mes de febrero de este mismo año, solo ocho meses después.

«A propuesta de la Ministra de Justicia en atención a las circunstancias excepcionales que concurren en don Jordan Alejandro Díaz Fortún, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 1 de febrero de 2022, vengo en conceder la nacionalidad española por carta de naturaleza a don Jordan Alejandro Díaz Fortún, con vecindad civil de derecho común», se podía leer en el Boletín Oficial del Estado del 1 de febrero acompañando a la firma de Felipe VI.

¿Y cuál es la diferencia? ¿Por qué Jordan Díaz sí y Katir, no? Es imposible de saber. La simple transcripción del artículo 21.1 del Código Civil, el que regula la adquisición de la nacionalidad por esa vía, deja completamente abiertos e indefinidos los criterios: «La nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente mediante Real Decreto, cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales».

Engordar el medallero

Según datos del portal Civio.es, entre 1994 y 2019 se otorgó la nacionalidad por carta de naturaleza a más de 5.500 personas, la mayoría a sefardíes, los descendientes de los judíos expulsados de España por los Reyes Católicos. También se nacionalizó en masa por este medio a las víctimas extranjeras de los atentados del 11-M. Al margen, también hay cada año varias decenas de concesiones individuales, entre ellas las de muchos deportistas. En estos casos las «circunstancias excepcionales» que concurren tienen que ver con el interés por engordar el palmarés y los medalleros nacionales. Por este medio se nacionalizó a personajes tan conocidos como los baloncestistas Serge Ibaka o Nikola Mirotic, el esquiador Johann Muhlegg, la nadadora Nina Zhivanevskaia o el balonmanista Talant Dujshebaev. También a un numeroso grupo de atletas, incluyendo a Orlando Ortega, Glory Alozie, Ilias Fifa, Alemayehu Bezabeh, Ayad Lamdassem o Joan Lino, todos medallistas olímpicos, mundiales o europeos. Katir no tuvo tanta suerte. «Hay muchos atletas en ese proceso, me gustaría que fuese más rápido, pero los plazos son los plazos. Intentamos ayudarles, Katir nos solicitó esa ayuda, pero es una cuestión administrativa», justifica Raúl Chapado, presidente de la Federación Española de atletismo. «Luego están los casos excepcionales, personas de interés para el Estado porque son top mundiales». Con todo, entre ese centenar de nacionalizaciones exprés hay muchas que no cumplían con esos criterios. Ni eran top, ni lo fueron después. Vuelve a resultar un misterio los criterios de selección de los elegidos.

Entre las últimas nacionalizaciones exprés a deportistas están las de Ansu Fati o Aymeric Laporte, ambos ya internacionales con la selección española o la del patinador italiano Marco Zandron, olímpico en Pekín 2022. También la de jóvenes promesas, como el judoca de origen georgiano Tristani Mosakhlishvili o el futbolista brasileño Miguel Carvalho Vianna (17 años, Espanyol).

ABC 2

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282256669190466

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