Los banderines arcoíris ondean, después de dos años, en el cielo de Madrid y llenan de color y diversidad las calles de una ciudad que ultima los preparativos para dar la bienvenida a las fiestas del Orgullo LGTBI, tras dos años sin celebraciones a causa de la pandemia. Y lo harán por todo lo alto con unas cifras que se prevén de récord, superando, en algunos sectores, las cosechadas en 2019. Pese a que la cita se ha tenido que retrasar por la Cumbre de la OTAN y a que hasta el próximo miércoles no empiezan los días grandes, con el pregón, los primeros turistas ya han aterrizado en la capital. Eso sí, hay que esperar, todavía, la llegada de otros dos millones de visitantes, según los datos de los organizadores, que pueden dejar en la ciudad un beneficio económico de hasta 400 millones de euros.

«Tenemos una previsión muy buena y con una perspectiva muy favorable que puede superar, incluso, lo que se alcanzó en 2019. Lo estamos viendo ya en las reservas y en la gente que circula por Madrid días antes de los principales actos», resume José Antonio Aparicio, presidente de Hostelería Madrid. Su sector, junto al hotelero y el ocio nocturno, serán los principales favorecidos de la cita, que cumple 44 años en Madrid, tras la primera manifestación de 1978. «Se espera entre un millón y medio y dos millones de visitantes, que podrán dejar en Madrid entre 250 y 400 millones de euros», continúa el representante de los hosteleros.

Confiado y esperanzado en que después de dos años Madrid vuelva a ser Madrid, con sus ganas de vivir, de celebrar y de disfrutar, Aparicio hace una diferenciación entre el lugar de procedencia de los turistas. «Tenemos una previsión de gasto medio en función de que el visitante sea nacional o internacional de alto nivel, y oscila en una horquilla de entre 40 y 80 euros por persona y día solo en restauración», explica Aparicio.

Con los mismos números coincide la Asociación de Empresas y Profesionales para LGBT de la Comunidad de Madrid (Aegal). Según ellos, el gasto medio del turista extranjero podría llegar a los 90 euros diarios, sin contar alojamiento; lo que sí se mantiene son los 40 de los visitantes nacionales. «Es la dinámica que estamos viendo después de la pandemia en todos los ayuntamientos que lo celebran. La gente quiere disfrutar y aquí pasará algo parecido. Tenemos que añadir que este año los escenarios también se han desplazado a la plaza de España, y no solo en Chueca, con lo cual la zona de consumo se alarga hasta allí», añade Aparicio, que concluye: «El Orgullo tendrá un efecto muy importante en la recuperación de la ciudad».

Salas de fiesta

La música sonará en las salas de fiestas, bares de copas y restaurantes espectáculos. «La media de reservas es del 60% a falta de una semana. Entendemos que estaremos en datos muy similares a la época prepandemia o ligeramente superiores», cuenta, por su parte, Tito Pajares, portavoz del Círculo de Empresarios del Ocio Nocturno y Espectáculos.

Las previsiones halagüeñas alcanzan también a los alojamientos, tanto en hoteles como en pisos turísticos. En los primeros, la ocupación media rondará el 83% desde el próximo miércoles, día del pregón, hasta el domingo, con la clausura. «Entre los visitantes que vienen a disfrutar de Madrid y sus actividades, así como todos aquellos que vienen a participar y vivir el Orgullo, se alcanzarán unas cifras similares a los años 2018 y 2019», especifican desde la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM).

Lo mismo ocurre con los pisos turísticos, que llegarán hasta el 86% de ocupación, dos puntos más que en 2019 y con un precio un 8% superior, dice Chema González, presidente de la Asociación de Gestores de Viviendas de uso Turístico de Madrid (Asotur). «La estancia media es de 3,6 días y el 60% de los clientes han reservado con menos de 20 días de antelación. El 35% de ellos, con menos de diez días», asegura González que pone el foco en que para los buenos datos también hay que tener en cuenta que «el 32% de la oferta» que había ya no existe debido a la pandemia.

Seguridad

Las celebraciones se rodearán de un gran despliegue policial con más de 1.500 agentes nacionales que vigilarán el centro y, sobre todo, Chueca para que el multitudinario evento sea, sobre todo, seguro. La operación Arcoíris, como se ha denominado, estará activa hasta el 10 de julio para «proteger el ejercicio de los derechos y libertades y actuar ante cualquier incidente o agresiones». El dispositivo estará formado por agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana, de Información y Extranjería, Unidad de Intervención Policial (UIP), Unidad de Prevención y Reacción (UPR), Grupos Operativos de Respuesta (GOR) y guías caninos, además de la unidad de drones y policías de los distritos de Retiro, Arganzuela y Moncloa-Aravaca, detallaron ayer portavoces de la Jefatura Superior de Policía Nacional durante la presentación.

La unidad móvil trabajará también en el interior del Metro, pudiendo realizar cacheos superficiales preventivos para descubrir armas u objetos peligrosos para la integridad de las personas. Así, entre seguridad y euforia, Madrid se reencuentra con su fiesta de la diversidad más multitudinaria.