Susi Caramelo nació en Hospitalet de Llobregat, Barcelona. Humorista, reportera y presentadora, en 2019 se incorporó al programa ‘Las que faltaban’. Solo fue el comienzo ya que tiene una larga trayectoria como presentadora. −¿Es suyo este perro?

−Eso pone en su tarjeta sanitaria, sí. Aunque en realidad tengo custodia compartida con mi vecino Nico, que además es mi mejor amigo. La verdad es que le hemos criado juntos. −¿La primera cita fue presencial?

−No. Le vi en una foto y me enamoré a primera vista. El pobre era muy feúcho y me hizo mucha gracia. Una semana después llegó desde Extremadura con el chico que me lo entregó, porque mi perro es extremeño y se llama Pablito. Desde entonces hace ya ocho años y siempre digo que fue la mejor decisión de mi vida. −¿Cuáles son las inquietudes de Pablito?

−Supongo que las típicas de cualquier perro: olerle el culo a otros perros en el parque, ladrarme si algún día tardo demasiado en bajarle al parque y bueno, también le interesa la filosofía. Es una suerte para mí que no pueda hablar, así no me da la chapa. Igual es amor de madre, pero es que le veo mucha personalidad. −¿Tiene aficiones, le gusta viajar? ¿Es hogareño?

−Si por él fuera no entraría en casa. Da igual las horas que salga a la calle, siempre quiere más. Y viajar ni te cuento. Parece una ‘influencer’, siempre está dispuesto a ir gratis a los sitios. Da igual que lo metas en un coche, en un ave o en un avión… es abrir su transportín y se mete corriendo, no vaya a ser que te lo olvides. Me gustaría que tuviese algún afición, pero la mayoría de horas las pasa tumbado sin hacer nada. Ya me gustaría que cogiera un libro y se pusiera a leer. Es broma, si algún día veo que coge un libro y se pone a leer, me acojonaré viva, eso solo querrá decir que se me está yendo la olla.

−¿Ha tenido alguna aventura amorosa, Pablito?

−Pues no lo sé, todavía no me ha traído a ninguna novia a casa y ya tiene casi ocho años, que, en edad de perro, sería algo así como 56. Creo que si todavía no lo ha hecho es porque se va a quedar soltero… Es un bendito, no me da ni un solo problema, solo alegrías. Lo que más me gusta del mundo es tumbarme con él, es el ser que más paz y tranquilidad me transmite.

−Corren malos tiempos, ¿le sonríe la diosa fortuna? −No me puedo quejar en absoluto, es cierto que venimos de unos años muy malos pero en mi caso he tenido mucha suerte. Me cogió la fama justo antes de comenzar la pandemia y desde entonces no he parado de empalmar un proyecto tras otro. Además, y lo que para mí es más importante, es que el coronavirus no ha sacudido fuerte a ninguna de las personas de mi entorno. Es lo que importa. −¿Cómo se encuentra en este nuevo formato profesional? −En televisión me encuentro muy cómoda. Soy una tía muy natural que no se amedrenta frente a las cámaras, al revés lo disfruto mucho.

−¿Lleva bien lo de ser famosa?

−Lo gestiono bastante bien, la gente que se me acerca lo hace con mucha ilusión y con una sonrisa porque les hace mucha gracia mi personaje. Hay días, no te voy a engañar, que a lo mejor no me apetece mucho hacerme una foto porque tengo el ánimo un poco más bajo, pero intento siempre hacer el esfuerzo .

−Hay gente que empieza a abandonar las redes sociales. ¿Se siente cómoda o es un trabajo más?

−Las redes en mi opinión son buenas si las sabes gestionar, lo que puede ser malo es dedicarle demasiadas horas al móvil.

−¿Algún proyecto para este verano?

−Llevo veraneando desde que acabé ‘Rojo Caramelo’, mi último programa con Movistar, y mientras descanso me han llegado ofertas. Me podréis ver pronto haciendo cositas que me apetecen mucho.