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Asquito por el pueblo

Tenga cuidado, puede estar al borde de abandonar a los partidos sensatos, los que nos han llevado aquí

BERTA G. DE VEGA

VAMOS a tomarnos en serio los valores de la transversalidad, la diversidad y la tolerancia. De la empatía. Intentemos ponernos en la piel del electorado italiano cabreado que se ha escorado a opciones ‘populistas’, dejando la sensación entre los politólogos de ‘papers’ de Harvard de que la gente es idiota, mala, ignorante y no sabe votar. Con ese propósito, lo mejor es elaborar un test para comprobar si usted, que se cree buena persona y responsable, lleva un fascista en el interior a punto de desatarse.

¿Le parece que cuando se abordan asuntos como la enseñanza se pone demasiado énfasis en educación sexual, de la ciudadanía, valores, proyectos, competencias y una jerga que no entiende cuando usted cree que haría falta más disciplina, más exigencia, más matemáticas y mejor comprensión lectora? Si responde afirmativamente, tenga cuidado, puede estar al borde de abandonar a los partidos sensatos, los que nos han llevado aquí.

¿Es usted padre o madre de niños varones y nota que están un poco hasta el gorro de que siempre se hable de las pobres niñas, de la necesidad de despertar vocaciones científicas en ellas, del discurso patriarcal que sufren y nunca se habla del fracaso escolar masculino, del acoso escolar psicológico que pueden protagonizar ellas o de sus actitudes en Instagram, movidas por la presión del grupo de chicas, que no de ellos? Si ha notado algo parecido, esté alerta porque podría sufrir en breve una crisis mental que le acerque a opciones populistas fascistas.

¿Le duele mucho en la cartera cada vez que llena de gasoil su coche de segunda mano, absolutamente necesario para moverse desde su pareado en el extrarradio, que ya quisiera haberlo comprado en el centro, pero es lo que se pudo permitir y, ahora, además, no le dejan entrar en el casco urbano porque ese litro de combustible más caro que la leche contamina demasiado y su coche da asquito? Si se identifica con ese sentimiento, obsérvese bien porque puede estar cercano el momento en el que se harte del discurso del cambio climático y acabe por odiar la chapita de la agenda 2030 y se le podrá señalar como peligroso negacionista.

¿Tiene familias o amigos o usted mismo decidió no vacunarse de Covid porque es joven, el riesgo era ínfimo, leyó que las vacunas no cortaban la transmisión y no se fiaba del poco tiempo con el que se desarrollaron y, por eso, lo han tratado de magufo, terraplanista, ignorante pese a que es universitario y está vacunado de todo lo demás? Este síntoma es de alerta máxima y usted ya bordea a los grupos conspiranoicos de extrema derecha, aunque se vea muy normal.

Para entender este proceso, conviene ver un monólogo del cómico Jonathan Pie explicando el voto a Trump y leer un texto de Taleb, ‘Intelectuales pero idiotas’, sobre el divorcio creciente entre el politiqués y el habla del pueblo, que da mucho asquito. Y vota mal. Y sí, me temo que además las opciones a las que tiene ganas de votar no arreglen nada. Así vamos con las crisis de las democracias liberales que preocupan a los académicos que harían bien en echar una mañana en una cafetería de polígono industrial. Si entienden algo.

OPINIÓN

es-es

2022-09-29T07:00:00.0000000Z

2022-09-29T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281659668918390

Vocento