La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció ayer un nuevo paquete de sanciones a Rusia, como respuesta a la organización de los pretendidos referendos en las regiones ucranianas que ocupan militarmente y que pretenden anexionarse. En esta octava ronda se incluye un tope al precio del petróleo ruso que deberán aplicar los principales mercados mundiales puesto que la Unión Europea ya decidió en mayo reducir drásticamente sus compras de crudo ruso.

Según Von der Leyen, el objetivo de este paquete es «hacer que el Kremlin pague» por escalar el conflicto en Ucrania con lo que considera «votos falsos» en territorios bajo ocupación. «No aceptamos los falsos referendos ni ningún tipo de anexión en Ucrania, y estamos decididos a hacer que el Kremlin pague por esta nueva escalada», dijo la presidenta.

La idea de poner un tope al precio del petróleo ruso fue adoptada por los países del G-7 a primeros de septiembre y Rusia respondió diciendo que sencillamente no venderá petróleo a las compañías que apliquen este tope.

El octavo paquete de sanciones europeas, que debe ser aprobado por los gobiernos de los países miembros, incluye más prohibiciones a la importación de productos rusos, con la idea de que Moscú deje de ingresar unos 7.000 millones de euros adicionales para financiar la guerra.

Productos tecnológicos

También se aumenta la lista de productos tecnológicos que se prohíbe exportar a Rusia, sobre todo tecnología y productos específicos que el Kremlin puede utilizar para su industria militar. Además, también se prohibirá a los ciudadanos europeos formar parte de los órganos de gobierno de las empresas estatales rusas, pensando en casos como el del excanciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, que había sido contratado por el gigante ruso del gas Gazprom. Muchos analistas consideran que va a ser muy complicado lograr la unanimidad necesaria para aprobar estas medidas, teniendo en cuenta la creciente presión de los ciudadanos de varios países.

Ayer mismo, en la capital checa Praga, miles de personas se manifestaron por la salida del país de la OTAN y de la UE y a favor de mantener los acuerdos con Rusia. Sin embargo, en la mayoría de países europeos, la decisión rusa de anexionarse estos territorios se considera un paso extremadamente grave en la escalada del conflicto en Ucrania. La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, ha calificado estas votaciones como «vergonzosas».