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Alonso inoxidable

El español se convertirá el domingo en Singapur en el piloto con más carreras disputadas en la historia de la Fórmula 1 (351), una más que Kimi Raikkonen

JOSÉ CARLOS CARABIAS

Abase de perseguir un sueño, Fernando Alonso se ha hecho inoxidable en la Fórmula 1. El tercer título mundial, que tuvo al alcance de un volantazo en 2007, ha impulsado al piloto español a números inimaginables para alguien que solo quería debutar y conducir un monoplaza de élite. El domingo en Singapur el asturiano se convertirá en el piloto con más carreras disputadas en la historia de este deporte. Son 351 domingos con Alonso en distintas fases de un deporte que ha crecido en España desde la clandestinidad al paroxismo gracias a un tipo inconformista y con espíritu samurái. Un gladiador. Desde aquel imberbe desconocido que se estrenó en 2001 al que apadrinó Briatore, a la locura de las primeras victorias y los dos títulos (2005 y 2006), al cisma diplomático con Hamilton en McLaren, el regreso a Renault, el fichaje cumbre por Ferrari y la decadencia de los últimos tiempos, sin victorias el ovetense desde 2013. Cuatro lustros con Alonso, media vida de un deporte que penetró en nuestras casas y al que el protagonista le dedica un último aliento, siempre desde la pasión y con el tercer campeonato en el horizonte. Tiene 41 años, es el piloto más veterano de la parrilla, y desde ahora, el propietario del récord de grandes premios.

Pasajero de tantas tardes de adrenalina y salidas desaforadas, Alonso emula a Nelson Mandela en la celebrada ‘Invictus’ en una entrevista en el ‘As’. «Soy el dueño de mi destino», proclama el piloto. Y el capitán de su alma, al dirigir una trayectoria infinita y singular que se encamina hacia su sexto equipo de Fórmula 1 en 2023, Aston Martin. Lo que podría parecer un ritmo frenético de cambios a la desesperada en busca del coche ganador es en realidad una paradoja. Alonso es el piloto con más temporadas en la F1 (19, las mismas que Barrichello y Schumacher), pero ocupa el puesto 111 entre los pilotos que más veces cambiaron de equipo. Hay contemporáneos suyos, como Button (7) o Hulkenberg (6), que han corrido para más escuderías que él.

Hace tiempo que tuvo al coche ideal entre sus manos, aquel Renault azul de fabricación francesa con ruedas de la misma nacionalidad de la marca Michelín con el que en 2006 consiguió cuatro victorias consecutivas en el principio de la temporada. Siempre ha asegurado Alonso que esa fue su cúspide en este deporte, el momento en el que se juntaron las manos del campeón y el mejor bólido de todos los competidores.

Desde entonces ha buscado Alonso ese grial. En el McLaren 2007 que compartió con Hamilton a base de hachazos y malas caras en el polvorín de McLaren. En el regreso al Renault naranja que ya no corría como antes. En el Ferrari tope de gama, escudería única en la historia, que se encontró con el irrefrenable Red Bull diseñado por Adrian Newey para mayor gloria de Vettel. Y desde 2015, un sereno declive de vuelta a McLaren, primero con el inefable motor Honda que ahora gana carreras para Red Bull y más tarde con el propulsor de Renault.

La retirada fue, en realidad, un hasta luego, un paréntesis para experimentar desafíos y el otro automovilismo (Le Mans, la Resistencia, las 500 Millas de Indianápolis, el Dakar) porque el piloto vive para un objetivo: ese tercer título de Fórmula 1.

Alpine, el nombre comercial del Renault de siempre, lo recibió con brazos abiertos por tercera vez. Y el matrimonio parecía sólido hasta que surgió la duda de la edad. La dirección de Alpine quería renovarlo año a año en función del rendimiento, y Alonso consideró que su mezcla de experiencia y velocidad no tiene que pasar más exámenes anuales. El piloto, aun sin ganar, sigue provocando reacciones y atención mundial.

Su fichaje por Aston Martin, dos temporadas, genera dudas razonables. Es el noveno equipo de diez en la clasificación de constructores. En la oficina del piloto se tiene la confianza en que la escudería británica (antes Racing Point, Force India, Spyker, Midland y Jordan) pueda protagonizar un Red Bull, un equipo que se ubicaba por debajo de la mitad de tabla a comienzo de siglo y se convirtió en campeón en 2010 a partir de las leyes del diseño aerodinámico.

«Llegaré a los 400 grandes premios con total seguridad, así que esa es una gran cifra. Demuestra mi pasión por esta categoría y mi disciplina para rendir siempre al máximo nivel», ha dicho el piloto asturiano en las últimas carreras. «Si no rindes, ningún equipo te dará la oportunidad de llegar a los 400 grandes premios, eso es seguro», argumenta.

La motivación de conseguir un día ese tercer entorchado mantiene a Fernando Alonso con la vitalidad de siempre en el ecosistema que mejor conoce.

DEPORTES

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2022-09-29T07:00:00.0000000Z

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