Los alcaldes socialistas no están dispuestos a asumir el coste de la estrategia de subida de impuestos que ha puesto en marcha el Gobierno de Pedro Sánchez para confrontar con el modelo fiscal del Partido Popular, que apuesta por una bajada generalizada. El paso al frente que ha dado el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, puede empezar a ser imitada por los alcaldes de municipios socialistas, que ven peligrar su reelección en la cita electoral del año que viene.

Este cambio de tendencia ya empieza a implantarse en ayuntamientos de la Comunidad de Madrid gobernados por los socialistas, como es el caso de Arganda del Rey. El equipo de gobierno que preside Guillermo Hita, que ejerce además de presidente de la Federación Madrileña de Municipios, llevará al pleno del miércoles de la semana que viene una modificación de las ordenanzas fiscales para bajar el IBI residencial.

Se trata de pasar del 0,47 por ciento al 0,46, volviendo así al tipo municipal que dejó el Partido Popular en 2015, según asegura el concejal de esta formación política y candidato a la alcaldía, Alberto Escribano. Hita lo subió cuando consiguió la alcaldía y ahora, a las puertas del ciclo electoral, da un paso atrás. Esta bajada afectará a 18.000 recibos, aproximadamente, y supondrá una reducción de entre ocho y diez euros para los residentes en este municipio madrileño. En total, unos 300.000 euros.

Presión industrial

La contradicción de esta medida es que este último año el alcalde socialista decidió subir el IBI hasta un 130 por ciento a los empresarios de la localidad. Una subida que afecta a 458 empresas, la mayoría entre cuatro y cinco trabajadores, y a las naves con un precio de valor catastral superior a 500.000 euros, un 1,4 por ciento de los recibos, siempre según la versión que ofreció el ayuntamiento. Desde el gobierno municipal se justificó esta decisión en que lo que se hacía era equiparar el IBI industrial al nivel de otros municipios como Rivas, Fuenlabrada o Madrid capital.

Junto a esta subida de este impuesto a las industrias, el Ayuntamiento afirmó que había bajado el IBI del 0,48 por ciento al 0,47 a los inmuebles urbanos de Arganda del Rey y duplicó este impuesto hasta el tipo máximo del 1,1 por ciento a las fincas de uso no residencial que superen los 500.000 euros de valor catastral. Una rebaja que ahora vuelve a producirse en pleno debate sobre la fiscalidad.

El Partido Popular, que apuesta por las bajadas de impuestos, deja en evidencia a los socialistas por sus cambios de criterio, en función del momento electoral. Así, el candidato a la alcaldía y concejal del PP en el Ayuntamiento de Arganda, Alberto Escribano, asegura que «al final lo que hace el PSOE es jugar con los vecinos de Arganda del Rey porque ha hecho caja con las empresas subiendo el IBI por valor de casi cuatro millones de euros y en pleno año electoral lo reparte, como hace el socialismo siempre, conforme a su criterio para que todo el mundo se lo tenga que agradecer». En este sentido, recuerda que lo que va a hacer la mayoría socialista es «dejar el IBI exactamente en la cifra que se encontró, en el 0,46 por ciento, y que él mismo lo subió en 2015».

El edil popular enmarca esta bajada de impuestos en la decisión de los alcaldes socialista de intentar salvarse ante unas encuestas que auguran una pérdida de poder en las elecciones autonómicas de 2023. «Los ediles del PSOE tienen que tener unas encuestas muy malas para que por fin el PSOE aplique las recetas que lleva defendiendo el PP desde hace muchos años, sobre todo en Madrid, que es la bajada de impuestos y por las cuales nos han estado insultando y diciendo que sería imposible mantener los servicios públicos si aplicábamos esa reducción».

«Ola de desesperación»

Escribano llega a decir que los alcaldes socialistas se encuentran inmersos en una «ola de desesperación que se los va a llevar a muchos por delante. Cada uno hace lo que puede a ver si consiguen salvarse».

Finalmente, el dirigente popular recuerda que el alcalde de Arganda del Rey, Guillermo Hita, en su condición de presidente de la federación de municipios, fue uno de los más críticos con la decisión de Isabel Díaz Ayuso de bajar impuestos, «decía que eso era una locura, que era un sinsentido. Parece que ha cambiado de opinión».