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«Los descargan como cadáveres, y se quedan toda la vida»

Llevan años denunciándose los casos de abusos, violaciones, trabajos forzados o tráfico de órganos que se dan en los orfanatos de Ucrania, y ahora se suma el que Rusia se esté llevando a miles de niños para adopciones sistemáticas

ALEXIA COLUMBA JEREZ

Se quedan atrás, esa es la conclusión de diversas ONG cuando hablan de los niños de los orfanatos de Ucrania. Olvidados e invisibles para las cifras institucionales. Son un botín de guerra que nadie quiere o que está expuesto a los más degradantes abusos. Lo reflejan las palabras de uno de los responsables de las instituciones (los nombres exactos y las ubicaciones de algunos de los centros son dejados fuera de este reportaje por la seguridad de sus residentes en tiempos de guerra) el Director #1 apunta que «nos dieron los niños que nadie más desea. Nadie quiere algo difícil. Los descargan como cadáveres. Y se quedan aquí toda la vida. Este es su destino, no hay otro lugar adonde ir. Es una degradación de la humanidad». Esta situación era tan cierta antes de la guerra como lo es ahora, y se ha recrudecido. Especialmente si reparamos en que Ucrania es el país más pobre del continente europeo, y según Unicef y los datos de la UE, «tiene el mayor número de niños en cuidado institucional de Europa, y casi la mitad son niños con discapacidades». Disability Rights International (DRI) es una organización en defensa de los derechos humanos que reunió a un grupo de profesionales para visitar los orfanatos en mitad de la guerra. Y llevan denunciando desde 2015 las situaciones de abusos, violaciones, trabajos forzados y tráfico de órganos. A lo que se suman las redes criminales que usan los orfanatos de Ucrania como proveedores para pederastas.

La DRI informaba a ABC de que «los investigadores observaron a niños atados, dejados en camas en una inactividad casi total, retenidos en cuartos oscuros y abarrotados. Los pequeños están envueltos en olores a orina y heces. Se mecen de un lado a otro o se maltratan a sí mismos como resultado de años de negligencia. El poco personal disponible no tiene recursos ni conocimiento sobre cómo responder a este comportamiento más que atándolos durante gran parte del día». En febrero, antes de la invasión rusa se contabilizaron unos 105.000 niños en 700 instituciones, permaneciendo a tiempo completo o parcial. Aunque es difícil precisar el número real de niños en estos centros porque las cifras oficiales contabilizan grandes orfanatos, pero dejan fuera del radar unas mil instalaciones más pequeñas. De hecho, se informó que podían llegar a inscribirse en los orfanatos 250 niños al día. Y como ha detallado Unicef, «cuando comenzó la guerra en Ucrania, muchos menores con discapacidades no estaban incluidos en los planes de evacuación».

Además a diferencia de la creencia popular, más del 90% de los niños de los orfanatos ucranianos tienen familia. El Estado, concretamente tres ministerios diferentes han asumido su cuidado, bien sea por la negligencia de los padres o porque los progenitores carecen de medios económicos y dejan a los niños en estas instituciones , pensando que recibirán una mejor atención que la que puedan darles ellos. Pero por el conflicto gran parte de los trabajadores de los orfanatos abandonaron los centros, el Director#1 apuntaba que «el personal de la institución en el este dejó a los niños y se fue de aquí como ratas de un barco que se hunde». Y en otra de las residencias que DRI visitó vieron que «faltaba atención básica y carecían de medicamentos, como por ejemplo para el tratamiento de la hidrocefalia, lo que se traduce en dejar que los niños mueran de forma lenta y dolorosa». La DRI indica que «los menores que necesitan mayor apoyo se están quedando en instituciones del este y reciben nuevos grupos de Donetsk. Mientras que muchos jóvenes sin discapacidades son movilizados a Polonia, Italia y Alemania».

Los responsables de DRI comentan que muchos niños trasladados llegan sin registros que especifiquen nombre o edad, y con breves historiales médicos. Incluso la información de contacto con sus familiares se puede perder durante el camino, y no hay realmente un esfuerzo por intentar dar con ellos.

De establo a habitación

DRI describe el caso de 14 adolescentes que llegaron de Donetsk: «tenían convulsiones y las ataron a la cama en una habitación rehabilitada, que antes de la guerra había sido un establo. Solo había una persona, a jornada completa, para cuidar de ellas y cambiarles los pañales que llevaban. Al mismo tiempo, había otras niñas en el salón con los brazos a la espalda maniatadas con su propia ropa, a modo de camisas de fuerza improvisadas y que estaban siendo alimentadas a la fuerza con cucharas. Pero cuando el centro se enteró que venían las cámaras de la televisión extranjera vistieron a las niñas y las sacaron al jardín». Un panorama parecido de desatención se encontraron cuando visitaron un hogar para bebés, se los aseaba, pero permanecían solos y en silencio.

sin apenas contacto con el personal. Una situación que puede causar un trastorno irreversible en su desarrollo, y toda una vida de problemas sociales.

Hay casos impactantes de adultos que parecen niños, con las costillas sobresalientes, y brazos y piernas delgados por años de desnutrición. Y escenas vejatorias de hombres que llevan décadas postrados en camas o cunas. Eric Mathews, médico perteneciente al equipo del DRI que analizó de primera mano la situación de los orfanatos explica que «si los niños permanecen sentados e inmóviles mucho tiempo, los brazos y piernas se atrofian. Y, a medida que sus sistemas digestivos se ven afectados, podrían requerir de cirugía. Tanto desde una perspectiva psicológica como física, es doloroso, peligroso, y los está matando».

Aunque DRI se enteró de los recortes presupuestarios y en fármacos, los directores de los centros se negaron a hablar de ellos señalando los enormes sacrificios que están haciendo los soldados y los civiles en toda Ucrania. Un director dijo: «No nos quejaremos. No tenemos necesidades». Sin embargo, otro de los casos que destaca DRI es el de T «una niña de 14 años desnutrida, que sufre contracciones y una escoliosis severa y que lloraba intensamente. Cuando le preguntamos a la enfermera qué medicamento le daban para el dolor, respondió que no siente dolor, solo esta sobreestimulada por nuestra visita. Esto es tortura».

‘Ineducable’

Los jóvenes y los adultos encerrados en estos orfanatos también son forzados a trabajar haciendo las labores del personal, pero sin ningún tipo de salario o retribución. A esto se une que algunos de los residentes de hecho no tienen ninguna discapacidad, pero el DRI afirma que pueden permanecer en los orfanatos, sujetos a «un diagnóstico erróneo que les seguirá toda su vida». Y matiza que en Ucrania se usa el término ‘ineducable’ para referirse a la discapacidad i ntelectual, «idea que ha sido rotundamente rechazada desde el siglo XIX». Halyna Kurylo, miembro del DRI y abogada que ha liderado la investigación en Ucrania de los derechos de los niños discapacitados, explica a ABC que el panorama actual se debe a «un legado soviético de atención colectiva que escondía a ojos del público a los huérfanos, especialmente los que tenían alguna discapacidad. Y a la idea de que necesitan cuidados especiales, y para recibirlos deben ser segregados». Confirmando con ello la percepción de que hay niños de segunda categoría.

Ahora con la guerra algunos huérfanos han sido devueltos a su casa, pero las ONG en Ucrania señalan que no hubo ningún esfuerzo por hacer un seguimiento de las familias para determinar si los niños estaban en entornos seguros. Reuters reveló que «no se tiene información de la situación de 4.777 niños enviados a casa desde orfanatos de Lugansk, Donetsk y Jersón».

A todo ello se une, que en mitad del conflicto, Rusia anunció que se está llevando a niños de los orfanatos para su adopción en territorio ruso. Kurylo del DRI detalla que «las autoridades rusas simplificaron el procedimiento de adopción de estos niños, pero la mayoría tienen familias en Ucrania. El Gobierno ucraniano afirma que alrededor de 300. 000 fueron llevados a través de la frontera, sin embargo, se desconoce el número total». Para las ONG la forma de poner freno a estas situaciones es con un aumento de la monitorización y de políticas y programas especializados que contemplen la diversidad de los orfanatos. Si no, estamos abocados al olvido crónico de los más vulnerables.

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2022-12-05T08:00:00.0000000Z

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