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Diciembre

LOLO DE JUAN

Existe un reducto de paz en nuestras vidas que cada uno asimila como propio. Puede ser una playa, un paseo por un acantilado o aquel bar donde un enamorado arranca notas a una guitarra soñando con un futuro. Pueden ser las arenas del Rocío o simplemente cerrar los ojos y respirar desde el balcón de una urbanización. En mi caso, ese lugar a donde siempre quiero volver está en las sierras de Extremadura.

Ahora que llegan los turrones, las reuniones y las escarchas, subo a mi puntal a ver el atardecer sin más abrigo que los aciertos y pesares de todo un año que ya asoma el rabo. Siempre me dio compañía encender una candela en el monte para conversar conmigo mismo, escuchar las pedrizas que indican que la caza se está moviendo de los encames, el tacto de los botos después de un buen paseo a lomos de Kamikaze. O el perro que busca el amparo de la lumbre para recordarme lo que nunca olvido: quien tiene un pedazo de tierra, tiene un pedazo de cielo.

Respiro fuerte. El día mengua veloz y con prisas. Kamikaze resopla para avisarme que hemos de irnos. Oigo los mastines de un cortijo lejano que anuncia que alguien llega. Y ya está aquí: bienvenido diciembre.

ABC DE LA CAZA

es-es

2022-12-05T08:00:00.0000000Z

2022-12-05T08:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282475712855961

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