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‘El juez de la horca’

Tras un meteórico ascenso social, acabó en la cárcel por cobrar por poner en libertad a sus imputados

PEDRO GARCÍA CUARTANGO

Fue el azote de la corrupción en la Barcelona Olímpica de los años 90, el juez ante el que temblaban los poderosos, el dandi que vestía trajes de seda y fumaba Montecristos, el hombre solicitado por políticos y periodistas que le cortejaban. La suerte acabó por volverle definitivamente la espalda en 2005 cuando fue condenado a nueve años de cárcel y a una multa de un millón de euros por extorsión, cohecho y prevaricación por el Tribunal Superior de Cataluña. Ya era un juguete roto, un apestado de la sociedad catalana que le había encumbrado. Pascual Estevill, apodado ‘El juez de la horca’, murió el pasado 1 de septiembre a los 89 años.

Pocas cosas suscitan más repulsa social que un juez que chantajea a sus imputados y cobra por ponerles en libertad. Esto es lo que hizo Estevill durante cuatro años, en los que, según la sentencia, percibió cantidades que en algunos casos superaban los 30 millones de pesetas, unos 200.000 euros de hoy. Cerca de 40 empresarios y profesionales como dos directivos de Nutrexpa ingresaron en sus cuentas fuertes sumas para escapar de sus garras. Uno de ellos declaró que el juez se le acercó en la celda en la que estaba detenido y le echó humo a la cara, asegurándole que no creía nada de su alegato para defenderse. Así actuaba.

Estevill se sentía impune por sus buenas relaciones con CiU, el partido de Jordi Pujol, que le envió a Madrid como miembro del Consejo General del Poder Judicial, tal vez por miedo a lo mucho que sabía. Su socio era Joan Piqué Vidal, el abogado más influyente de Barcelona y profesor de derecho penal, también condenado a siete años de prisión y expulsado del ejercicio de la profesión. El juez sugería a sus procesados que acudieran al bufete de Piqué Vidal, que le hacía el trabajo sucio.

La historia de Pascual Estevill es una mezcla de drama shakesperiano y comedia bufa. Nació en 1933 en el seno de una familia campesina muy pobre en Cabacés, un pequeño pueblo de Tarragona. Fue a la escuela durante un corto periodo de tiempo, por lo que apenas sabía leer a los 18 años. Hasta esa edad y tras la muerte de su padre, trabajó en oficios como peón en tareas agrarias, mozo de cuadra y cuidador de cabras. Dotado de una gran inteligencia y consciente de su negro futuro, decidió emigrar a Barcelona. Se empleó como friegaplatos y portero de hotel, entablando relaciones con delincuentes de baja estofa. Impulsado por su extraordinaria fuerza de voluntad, se matriculó en Derecho cuando iba a cumplir los 30 años. Sacó la carrera y empezó a ejercer como abogado mercantil. En pocos años, ganó una fortuna como administrador de empresas en suspensión de pagos.

Ya en cómoda situación económica intentó dar el saltó a la política. Primero, se presentó a procurador de las Cortes franquistas por Tarragona en 1971 y, más de una década después, figuró en las listas del CDS de Suárez al Senado. Fracasó en sus aspiraciones para centrarse en el ejercicio de una profesión que le ponía en contacto con las élites de Cataluña.

Tuvo que esperar a 1990 para acceder a un juzgado por el llamado ‘cuarto turno’, que convertía en juez a ‘juristas de reconocido prestigio’ sin haber pasado por la escuela de la judicatura. Estuvo dos años en Tarrasa y luego ganó plaza en un juzgado de Barcelona en el que aprovechó el tiempo para extorsionar a los acusados.

Fue condenado por prevaricación y detención ilegal en 1996, lo que le forzó a dejar el ejercicio de la judicatura. Luego fue declarado culpable de fraude fiscal con penas de cárcel. Pero fue la dura sentencia del Tribunal Superior en 2005 la que le llevó a prisión, donde permaneció tres años.

Estevill arrastró en su caída a Alavedra, consejero de Pujol, con el que había cenado para negociar la puesta en libertad de un directivo del Banco Central. Salieron a la luz las complicidades de Pujol y CiU, que se desmarcaron de sus fechorías. Repudiado por sus amigos y estigmatizado, murió con la amargura de quien había tocado el cielo con sus manos y acabado siendo un paradigma de la corrupción. *

ABC VOCENTO

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2022-12-05T08:00:00.0000000Z

2022-12-05T08:00:00.0000000Z

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