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Un furor vecinal

SALVADOR SOSTRES

Las radios catalanas y Carlos Alsina siguieron ayer en directo el fallo mientras las emisoras importantes hablaban con personas de toda la geografía española sobre sus problemas reales y el precio de las cosas. A pesar de que era el pronunciamiento de un tribunal europeo, Puigdemont se ha vuelto una superstición local, y de corto alcance en la propia Cataluña. Ayer en Barcelona no fue el tema de conversación en almuerzos ni cenas, ni entre abogados, ni empresarios, ni entre periodistas. Sólo afectaditos y pocos.

Puigdemont es un anacronismo en la Cataluña de hoy, una pereza infinita hasta para sus partidarios, como tener aún que ponerse la mascarilla en el transporte público y en las farmacias. El TJUE le dio en su respuesta la razón al juez Llarena. El independentismo activó rápido su propaganda y se definió como un «grupo objetivamente identificable», con su gran habilidad por sacar dos palabras de una nota de prensa inequívoca para convertirla en un arma política. Bien jugado por ellos. La narcosala recibe cada vez menos dosis pero es capaz de administrarlas.

Lo cierto es que el TJUE exigió al juez belga que para negar las extradiciones no sólo tiene que mencionar sus prejuicios sino demostrarlos. Otra cosa es lo que finalmente ocurra. Nosotros tenemos a Falciani y tampoco lo entregamos. «Es que son casos distintos». Todos los casos son distintos y todos se parecen, y los Estados son soberanos y en según qué cuestiones hacen lo que les conviene, digan lo que digan los tribunales europeos. Puigdemont y los suyos no se fugaron a Bélgica de casualidad sino por ser el país que más brechas tiene abiertas con España en estos asuntos.

Pero en cualquier caso la respuesta del TJUE ha sido de una claridad meridiana y no es que incluya salvedades, sino que exige a la Justicia belga que si tiene algún reproche que hacerle a la Justicia española debe minuciosamente acreditarlo. Y en España no se persigue a colectivos, ni a grupos objetivamente identificables, ni absolutamente a nadie por lo que es, piensa, siente o reza, de tal modo que Esquerra preside la Generalitat de Cataluña y los republicanos, junto a los exetarras de Bildu, están en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

Sea cual sea el devenir judicial de Puigdemont, ha dejado de ser un problema político para ser un furor vecinal. Al general Pinochet lo recibió más gente a su regreso de Londres que los que acudirán si vuelve Puigdemont al aeropuerto de Gerona. Pinochet se levantó de la silla de ruedas cuando bajó del avión, pese a los motivos humanitarios que justificaron su repatriación.

A Puigdemont no lo levanta ni

Dios.

ESPAÑA

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

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