Los más cruentos combates siguen desarrollándose en el Donbass, especialmente en la zona de Bajmut-Soledar, donde las tropas ucranianas, fuertemente parapetadas, ganan tiempo en una actitud de defensa sin idea de retroceso de sus posiciones. En ese marco, las tropas rusas han recrudecido sus ataques contra las defensas ucranianas en la zona de Vuhledar (alrededor de 55 km al suroeste de Bajmut). Posiblemente, se trate de ataques de reconocimiento que se desarrollan con similar intensidad que cualquier otro ataque, pero cuya finalidad no es tanto romper el frente ni profundizar en la defensa contraria, sino tantear y calibrar la fortaleza de las posiciones enemigas allí donde se produzcan tales ataques. Todo ello induce a pensar que la esperada y potente campaña rusa del segundo año de la guerra está en preparación. Tal vez, se iniciaría con un intento de ruptura del frente por algún punto de la línea Soledar-Bajmut-Donetsk-Avdivka Marinka-Vuhledar (de alrededor de 120 km) en dirección bien hacia Zaporiyia (más probable) o bien hacia Dnipropetrovk. Es de suponer que el incremento, en alrededor de 400.000 efectivos rusos tras la movilización ‘parcial’ y el reclutamiento anual de 2022, permitirían tal acción. Si bien no habría lugar a la sorpresa estratégica puesto que la concentración de tropas y la consiguiente acumulación logística, necesarias para poder desencadenar un ataque de envergadura, serían detectadas por la Inteligencia norteamericana y, consecuentemente, ser de conocimiento inmediato del mando ucraniano.

La atmósfera bélica global se va enrareciendo, particularmente en la OTAN. Tanto por las líneas rojas que se están traspasando como, por ejemplo, la decisión de enviar carros de combate pesados a Ucrania. La siguiente en la lista es la de los cazabombarderos, que permitirían a Zelenski atacar objetivos profundos en Rusia. Son asimismo preocupantes las acciones de la ‘diplomacia viajera’ tanto de la OTAN como la norteamericana que, seguramente, estarán siendo vigiladas desde Moscú. Resulta especialmente sorprendente la gira asiática del secretario general de la OTAN, Stoltenberg, a Seúl (Corea del Sur) y Tokio ( Japón) para, según él mismo, «fortalecer la asociación de esos países con la OTAN». Y, además, solapándose con la del secretario de defensa norteamericano, Austin, también a Seúl y a Manila…