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Alia Trabucco: «El suspense sirve para contar historias que nadie escucharía»

▶ La escritora chilena regresa con ‘Limpia’ (Lumen), una historia de alienación y poder

KARINA SAINZ BORGO MADRID

Estela tiene poco más de treinta años cuando comienza a trabajar en la casa de un matrimonio en una zona de clase acomodada en Santiago de Chile. Él es médico, ella abogada. Esperan una criatura, una niña de cuya muerte el lector tendrá noticia desde la primera página de‘ Limpia’ (Lumen ), la más reciente novela de Ali aTrabuccoZerán, una historia de suspenso que desgrana una tragedia familiar ala vez que narra el lento proceso de alienación de una sirvienta «educada, discreta y alfabetizada» a la que se la van siete años de su vida limpiando miserias ajenas.

Lavar la ropa y cocinar la comida de otros, arrancar las costras de boñiga ajena de la taza del wáter, cuidar de una criatura que ya a sus tres años tiene muy claro quién manda y quién obedece en esa casa...

Todo en ‘Limpia’ está contado por un narrador que se dirige a un tribunal judicial o médico. No queda claro del todo, lo que sí se sabe es que quien narra parece haber perdido la razón. «La alienación viene de la soledad y del aislamiento extremo de un personaje que no es visto y no es escuchado y se toma el derecho a hablar», dice Trabucco sobre este tercer libro, traducido en 13 países tras el éxito de ‘La resta’, su novela debut, que acabó finalista del Man Booker International en 2015.

Ambientado en la sociedad chilena actual, ‘Limpia’ despliega el inmenso tapiz de las desigualdades sociales y la violencia latente. «El tema de la intriga me parecía narrativamente poderoso. La estructura clásica del quién hizo qué permite contar otra historia. Que la niña muerta existe lo sabemos desde el comienzo y cómo murió lo averiguamos con una línea al final, pero la novela entera es ella, Estela, cocinando, fregando, limpiando. El suspense es la estrategia política para contar una historia que nadie escucharía. Es una manera de controlar el relato».

La violencia

En ‘Limpia’, Alia Trabucco explora la infelicidad y la insatisfacción de los adultos, pero, sobre todo, la de esa niña cuya muerte se anticipa en todo el relato. « Disfruté escribir de esa niña ansiosa, infeliz, que se muerde las uñas, que se niega a comer y que, desde que nació, está atrapada por las presiones, por el éxito que impulsan los padres. No es una infancia inocente, al contrario. Desde muy niña ella sabe cuál es su lugar, sabe que es la señora ella también. Es víctima del modelo de crianza. Está sujeta a este tipo de exigencias con el propio cuerpo y hay una desesperación».

Estela, que se ha mudado a la capital desde el sur de Chile, posa su mirada pasiva y violenta sobre lo que la rodea. «Es alguien cuya presencia no importa. Es solitaria, hasta en el encuentro sexual que llega a sostener, hay desesperación». Extraviada en su aislamiento, en la repetición mecánica de barrer, ensuciarse l as manos con mugre ajena y recoger los desechos de los otros y ante la constatación de la tragedia de lo que ocurre en esa casa, la mucama llega incluso a percibir el estallido de las protestas y revueltas sociales recientes en Chile.

«Este encuentro fugaz me parecía importante. El aislamiento del personaje forma parte de una historia social y su voz, que es muy fuerte, forma parte de un coro. La idea de que la novela contuviera esa posibilidad me pareció importante». Si en ‘La resta’ Alia Trabucco habló de los despojos y la memoria de la generación de los hijos y los nietos de los exiliados y represaliados de la dictadura de Pinochet y en ‘Las homicidas’ narra los casos de cuatro mujeres chilenas que violentamente rompieron con el lugar doméstico y pasivo que se les tenía reservado al cometer cuatro crímenes, en ‘Limpia’ da una vuelta de tuerca a la brutalidad como territorio de reflexión, una visión que obtuvo mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Chile y cuyo relato perfeccionó con un máster de Escritura Creativa en l a Universidad de Nueva York y un doctorado en Literatura en Londres.

«Con este tercer libro me doy cuenta de que tengo un interés ineludible por la violencia y la presencia de las distintas formas de la muerte. En ‘Las homicidas’ la muerte es lo que atraviesa a todos los personajes y en ‘Limpia’ la muerte atraviesa cada oración, especialmente la violencia de clase. El desafío más importante era cómo traspasar a la página esas microviolencias que están presentes en nuestras sociedades, cada una de esas infinitas escenas de violencia».

CULTURA

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

2023-02-01T08:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282179360226866

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