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Amaños en el fútbol modesto

▶ 23 nuevas detenciones dentro de la operación Conífera por el fraude de medio millón de euros en apuestas de partidos adulterados de menor categoría

JORGE ABIZANDA

La Policía Nacional, en una actuación desarrollada conjuntamente con Interpol y Europol, informó ayer de la detenci ón de 23 personas, l o que ha permitido el desmantelamiento de una red acusada de amañar partidos en las categorías modestas del fútbol español, un entramado con jugadores de clubes de Primera y Segunda RFEF supuestamente implicados. La actuación es fruto de la investigación que se abrió en 2021 en el marco de la operación Conífera, en cuya primera fase ya fueron arrestadas otra veintena de personas. La red, según fuentes policiales, no se limitaba a hacer negocios en el fútbol nacional porque intervenía también en la manipulación de encuentros en las l igas de Gibraltar y Andorra. En el marco de este caso, que se encuentra en el juzgado número 4 de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), se están revisando actualmente más de una treintena de encuentros.

La operación Conífera, que no afecta a ningún partido del fútbol profesional español, se inició en julio de 2021 tras una denuncia interpuesta por LaLiga, que alertó a la Policía tras sospechar del amaño de un partido gracias a sus avanzados métodos tecnológicos para detectar este tipo de prácticas en el fútbol. En concreto, presentó la denuncia ante el Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida) respecto al encuentro de la temporada 2020-21 entre el CD Gerena y el Conil CF (Tercera división), que finalizó con goleada (6-0). Según ha podido saber este periódico a través de fuentes de la investigación, las sospechas iniciales sobre el amaño de ese duelo no tendrían un origen económico sino deportivo, aunque, al tirar del hilo, la investigación policial habría terminado llevando a la desarticulación de esta red dedicada a adulterar los marcadores para obtener suculentos beneficios a t ravés de l as casas de apuestas.

Mientras que la veintena de detenciones efectuadas en junio del pasado año –por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, cor r upción entre particulares en el ámbito deportivo y estafa a los operadores de juego– se produjeron en las provincias de Almería, Sevilla, Cádiz y Badajoz, las llevadas a cabo en esta segunda fase de la operación Conífera han tenido lugar en esas dos últimas provincias, así como en las de Ciudad Real, Córdoba y Tenerife. También en la Ciudad Autónoma de Ceuta, según detalló la Policía en un comunicado. Algunos de los arrestados vendían sus cuentas de juego para que los presuntos integrantes de la organización hicieran apuestas ‘online’ en partidos amañados, consiguiendo ingresos de entre 4.000 y 24.000 euros por cuenta de juego. Los investigadores estiman que el montante total estafado por esta red podría ser superior a los 500.000 euros. Para no levantar sospechas y camuflar l as ganancias, la red realizaba apuestas, bien online o presencialmente en casas de juego combinando los resultados de los encuentros adulterados con otros de Primera división de fácil pronóstico.

El análisis de los datos tras las detenciones efectuadas en la primera fase de la operación Conífera –en la que se intervinieron 60.000 euros en efectivo, dos vehículos, terminales móviles y abundante material informático– permitió a los investigadores profundizar en el ‘modus operandi’ de la organización, identificando tanto a futbolistas que habrían participado en el amaño de partidos como a personas que se encargaban de abrir cuentas de juego online y cuentas bancarias por las que circulaba el dinero de la organización. Este sistema de creaciones de cuentas y transferencias dificultaba la trazabilidad del capital y la vinculación entre los investigados.

Una veintena de jugadores

Fuentes conocedoras del fútbol modesto en Andalucía explican a ABC que las apuestas, a pesar de las advertencias recibidas, son una práctica bastante común entre numerosos futbolistas de las categorías inferiores a lo largo de la temporada. Una actuación que no deja de sorprender, según afirma, recordando el caso que se produjo en un amistoso durante la última pretemporada. «En un derbi sevillano entre dos equipos de la Segunda andaluza se podía apostar y varios jugadores lo hicieron buscando ganar un dinero extra. El partido acabó en una batalla campal», asegura esta persona.

De los 44 detenidos en total en el marco de la operación conífera, una veintena han sido futbolistas, la mayoría integrantes de plantillas de equipos de las categorías modestas. Según fuentes policiales, estos jugadores eran los encargados de facilitar a la red desarticulada información interna relativa a equipos de fútbol. Bien de los conjuntos en los que ellos militaban o bien de otros a través de sus amistades en otras plantillas. Por ejemplo, el nombre de los futbolistas lesionados, las bajas de última hora, los descartes de los entrenadores en las citaciones

Entre los 44 detenidos en total en esta operación de la Policía, en colaboración con Interpol y Europol, figuran veinte futbolistas

Esta red no solo manipulaba encuentros de las divisiones inferiores, también en las ligas de Gibraltar y Andorra

o el sistema ensayado durante la semana para afrontar los encuentros.

Una vez conseguida esa valiosa información, esta red criminal ponía en marcha la segunda de las cuatro fases de su habitual ‘modus operandi’. En ella se procedía a concertar y cerrar el amaño de partidos. Para eso se creaban grupos de comunicación encriptados, de los que formaban parte los líderes de la organización, así como algunos futbolistas.

Conseguidores y mulas

Tras tener asegurado el amaño, la red procedía a ejecutar las apuestas deportivas, que se realizaban tanto de manera online como presencial a través de diferentes casas de apuestas. Cuando esas apuestas eran tramitadas a través de dispositivos electrónicos, se utilizaban identidades diferentes para evitar la interrelación entre los miembros del entramado criminal. Para ello se recurría a la figura de los ‘conseguidores’, personas que vendían sus identidades para que los integrantes de la organización hicieran apuestas ‘online’ en los encuentros adulterados.

Cuando las apuestas se hacían de manera presencial en las casas de juegos se recurría a la figura de las ‘mulas’, las personas responsables de acudir a los locales para realizar las apuestas fraudulentas, así como de cobrar los premios obtenidos. Para no levantar sospechas, se jugaban pequeños importes para evitar que el cobro posterior del premio generase la emisión de certificados para la Hacienda Pública por parte de los salones de juegos.

En una última fase, los líderes de la organización distribuían los beneficios generados por las apuestas entre los futbolistas implicados, así como entre el resto de los miembros de la trama.

DEPORTES

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282200835063346

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